¡Hola a todos! Bien, como veréis llevo sin publicar mucho tiempo además de que ya ni siquiera es de esta novela. Bien, eso es porque he querido centrarme en otras porque la idea que tuve de Noctis se me fue un poco de las manos y estoy pensando en reescribirla de nuevo.
Por ahora estoy trabajando en algo nuevo llamado En el anonimato, aquí os dejo un poco de qué va y si os pasáis me haríais un gran favor.
Sinopsis: Alexis Walker es una chica que comienza su primer año de universidad con un solo propósito, y es aprender de sus errores. Pero es algo complicado, puesto que es una escritora que no puede escribir, una chica destinada a vivir en el anonimato de por vida, al menos eso es lo que ella piensa.
Pero, ¿qué pasa si alguien se fija en ti, si sales del anonimato?
Puede que nada cambie, que siga siendo Alexis, la chica que ama leer y escribir por encima de todo. O puede que después de todo, haya alguien que te ayude a pegar ese salto que le falta.
«Dos historias, un encuentro»
"Noctis"
sábado, 19 de marzo de 2016
jueves, 9 de abril de 2015
¿Alguien tiene Wattpad?
¡Muy buenas! ¡No, no estoy desaparecida en combate, sigo aquí aunque no lo parezca! ¿Qué es lo que ha pasado para que no haya publicado ningún capítulo en estos meses? Pues falta de inspiración es lo primero, porque esta novela ha sido la primera que he empezado a escribir y como tal, no termina de llamarme mucho la atención y tiene millones de fallos.
Bueno, a lo que vengo ahora no es a nada de esto, sino a ver cuantos de vosotros tenéis una cuenta en Wattpad. porque ahí es donde estoy publicando otra novela que se llama Legend y la cual no tiene esos fallos como esta, Noctis.
Prometo que algún día de estos volveré para publicar los capítulos finales, pero de momento estoy pensando en otros proyectos futuros que tienen mejor pinta.
Bueno, no me enrollo más y aquí os dejo la sinopsis y el enlace de la novela que espero que os guste mucho: enlace.
Beca vive tras las montañas, perdida en el bosque con gente que es como ella. El poblado Moon está habitado por hombres lobos que una vez al mes no son conscientes de sus actos, salvo Beca. ¿Por qué ella sí? ¿Puede que sea porque es hija de un alfa? En todo caso su hermano también debería ser igual que ella, pero no, ella es única.
Bueno, a lo que vengo ahora no es a nada de esto, sino a ver cuantos de vosotros tenéis una cuenta en Wattpad. porque ahí es donde estoy publicando otra novela que se llama Legend y la cual no tiene esos fallos como esta, Noctis.
Prometo que algún día de estos volveré para publicar los capítulos finales, pero de momento estoy pensando en otros proyectos futuros que tienen mejor pinta.
Bueno, no me enrollo más y aquí os dejo la sinopsis y el enlace de la novela que espero que os guste mucho: enlace.
Beca vive tras las montañas, perdida en el bosque con gente que es como ella. El poblado Moon está habitado por hombres lobos que una vez al mes no son conscientes de sus actos, salvo Beca. ¿Por qué ella sí? ¿Puede que sea porque es hija de un alfa? En todo caso su hermano también debería ser igual que ella, pero no, ella es única.
Según las leyendas, solo un verdadero alfa podía ser más poderoso que la influencia de la luna, desafiarla transformándose en un lobo cuando a la persona le apeteciera, o no hacerlo en caso de luna llena. Aunque para ella, no es momento de pensar en ello, hace unas semanas, su padre Maikel y los cuatro miembros del consejo salieron del poblado sin decirle nada a nadie, dejando a su hermano, Sebastian, al cargo. Tras su vuelta, las noticias no son muy buenas. El territorio del sur fue dividido en tres partes: hombres lobos, brujos y vampiros, en donde convivían dos clanes distintos antes de que uno de ellos fuera expulsado, el clan del norte. Tras ese incidente, se crearon los Juramentos en donde solo el aquelarre Daenerys y el poblado Moon juró no hacerse daño entre ellos, y así ha sido desde entonces. Ahora, los brujos han desparecido, y se cree que no es una coincidencia tras el "accidente" de hace trece años, en donde los vampiros del norte vinieron para vengarse de su destierro. El poblado Moon no es el único que quiere respuestas, el clan Miller a pesar de no querer firmar los Juramentos también quieren saber el porqué, aunque parecen saber algo más, y por eso invadirán el poblado.
miércoles, 15 de octubre de 2014
Capítulo 35
Aunque intente quitarme la sonrisa de la cara… vamos,
no podría ni queriendo. Cuando cierro los ojos me acuerdo de Luke besándome y
me entran ganas de pegar saltos de alegría y gritar por la emoción que tengo
dentro. Pero eso ya se ha acabado, supongo. Ahora tengo que centrarme de que
dentro de unas nueve horas aparecerá la luna llena y
mis temores, pesadillas y
demás se harán realidad. Ni siquiera el recuerdo de ayer podrá hacerme sentir
bien ante la revoltura de estómago que tengo ahora mismo.
Termino de mirarme en el espejo. Mis mejillas están
encendidas, desde ayer parezco ser otra, más madura y mayor. Me hago una coleta
en lo alto de la cabeza y dejo que el pelo todavía un poco húmedo me caiga en
la cola de caballo que me he hecho. Mis ojos parecen más oscuros que de costumbre. Mis manos están heladas y ni siquiera el
calor del agua puede hacerlas cambiar de estado. Me enfundo unas botas y el
abrigo y salgo al salón en donde no hay nadie, ni siquiera Luke, que salió muy
temprano esta mañana para ir a buscar a Elena, son las únicas horas que nos
quedan y tenemos que aprovecharlas bien. Yo, por otro lado no tengo nada que
hacer y salir a comprar comida es lo mejor que puedo hacer en estos momentos
para ayudar un poco. Tengo la sensación de que hoy será el último día que vea
amanecer y creo que es por eso por lo que todo me parece mucho más bonito que
antes.
Cojo las llaves del coche y un poco de dinero y salgo
medio brincando a la calle. El coche de Luke está aparcado justo enfrente y me
subo a él sin problemas. El único inconveniente es el sillón, que está mucho
más atrás de lo que yo lo tengo en mi coche que ya no existe porque ahora es un
cubito, ya que se destrozó en la explosión que yo generé.
Giro a la derecha en el cruce y después voy todo
recto, al menos esa son las explicaciones que me ha dado Aubery esta mañana.
Ella descubrió ayer una hoja con el hechizo, pero no lo entiende del todo, por
lo que cree que solo es un fragmento de lo que verdaderamente es, y eso me da
mucho miedo.
El aparcamiento está desierto, salvo por cuatro o
cinco coches que están cada uno en una esquina. Esto es antinatural, debería
estar en casa preparándome por si unas estúpidas sombras me secuestran y así
las revivo, pero me veo incapaz de quedarme quieta. Por lo menos aquí hay gente
y pueden ver lo que sucede ¿verdad? Eso espero, al menos.
Cuando entro todo está más que vacío, casi no
hay ni cajeras. Tenía planeado comprar leche, que es lo que menos nos queda,
cereales… así cosas también para comer, porque estoy harta de que siempre
estemos pidiendo comida para traer.
Entro en el segundo pasillo a la derecha, es el de
productos vegetales. Una vez allí empiezo a coger todo lo que tenga buena
pinta: una lechuga, espárragos… nunca había venido a hacer la compra, siempre
era Elena la que se encargaba de ello, aunque eso es lo que espero ya que sus
supuestas salidas serían para hacerle unas visitas a los espíritus.
-Cuanto tiempo sin verte-una voz me hace de
despertador y me pongo alerta. Me canteo para ver que delante de mí tengo a
David, mi amigo de instituto y compañero en el periódico. La última vez que lo
vi fue en la fiesta en honor a su amiga Alisson, cuando salió corriendo después
de hacer un discurso de la leche.
-Ey, ¿qué tal?
-Bien, tenía pensado ir a tu casa más tarde-me
informa-. ¿Sabes cuándo va a hacer Elena las recuperaciones de lengua? Es para
ir preparándolo todo.
Me quedo pillada un momento y me apoyo en la balda que
tengo a mi izquierda. Está fría, ya que estamos al lado de los frigoríficos que
mantienen la comida fresca.
-Verás, Elena ya no está en la ciudad, se marchó ya
que mi tío y ella cortaron así que ella dimitió, no sé si el instituto lo
sabe-me quedo callada un momento, no sé si esto es un mentira creíble o no-. ¿Estás bien? Pareces
más que cansado, estás pálido.
-¿Yo?-inquiere David-. Estoy bien, pero me ha
resultado raro lo que me has dicho ¿sabes?
-¿Por qué?
-Porque he visto a Elena hace media hora entrando en
tu casa, tenía la pinta de estar muy mal. La he saludado, pero no me daba
tiempo de preguntárselo a ella ya que mi madre me ha mandado a comprar comida y
el establecimiento cierra dentro de media hora.
Si no hubiese sido por la balda que tengo a mi
izquierda, me habría caído redonda al suelo.
-¿Estás seguro de que era Elena?
-Claro, seré un poco cortito, pero de vista estoy
perfectamente.
Empiezo a andar hacia delante, seguida de David que me
mira como si estuviese loca. Dejo la cesta con los productos que iba a comprar
en el suelo. Me canteo para mirar a David.
-¿Puedes disculparme? Tengo que marcharme.-me despido
de David con un gesto de cabeza y cuando salgo a la calle marco el número de
Luke casi de memoria. Mientras espero a que me coja el teléfono miro el cartel
del centro y descubro que no cierra dentro de media hora, sino está abierto las
veinticuatro horas.
-¿Estás segura de eso?-Luke y Connor están sentados en
el sofá mientras yo camino haciendo círculos delante de ellos, olvidando que
tengo una mesita a mi lado. Tengo las uñas tan cortas que me es imposible
mordérmelas más. Estoy muy nerviosa.
-Me lo ha dicho-vuelvo a repetir cansada. Me dejo
caer en el sillón con las manos en mi regazo y las uñas sangrando.
-Yo no me fiaría mucho de David Waters, todo el mundo
dice que está majara.-Connor hace un gesto con el dedo para indicar que David
está loco y después añade-: Pero no sería mala idea ir a investigar ¿verdad?
Me pongo en pie.
-Bien, pues vamos.
Luke se pone también en pie y extiende sus manos hacia
mis hombros. Cuando me toca, siento que ya no estoy tan tensa y dejo escapar un
suspiro.
-Alto, alto, alto… ¿A dónde tienes pensado ir tú? Te
quedas en casa, que es donde más segura estás.-mi suspiro se transforma en una
negativa y Luke casi sonríe-.Tienes que quedarte aquí, nosotros volveremos
antes de que anochezca ¿de acuerdo? Connor se quedará contigo mientras Caden,
Nate, Aubery y yo investigamos.
Me cruzo de hombros pero él no aparta sus manos de mis
hombros.
-Pues vaya ayuda.
Luke se acerca a mí y me besa suavemente la frente,
haciendo que todo mi enfado se transforme de repente, en un sentimiento de
mariposas en el estómago. Connor carraspea a nuestro lado y Luke no se aparta,
pero le hace un gesto con la mano para que se marche de la sala y después de
unos segundos, se va derecho al baño con expresión cansada.
-Tener amigos para esto…-va diciendo.
Casi me río, pero en el fondo Connor me da pena. Luke,
por otro lado parece no fijarse en otra cosa salvo en mí, con una mirada que me
pone la carne de gallina, este es uno de esos momentos en los que me arrepiento
de la promesa que le hice jurar antes de ayer a Sam, promesa de la que
solamente ella sabe. Y así será.
Suena su teléfono, y él lo coge con expresión casi a
regañadientes.
-Es Caden, tengo que irme.-Luke me da un apretón de
mano y se marcha corriendo de casa. Me quedo sola. Connor aparece con un rollo
de papel higiénico en su mano.
-¿Es que no tenéis más papel que este?
El aire es frío fuera, pero no es nada que un hombre
lobo no pueda soportar. Porque eso es lo que soy: un hombre lobo. Siempre lo he
sabido, ya que mi madre era una mujer lobo convertida, esto no ha resultado
ningún bache en mi vida, salvo la mala leche que me entra de vez en cuando.
Parece ser que todo el mundo cree que es normal, salvo mi padre. Desde que pasó
todo nunca lo he vuelto a llamar “mi padre” sino por su nombre de pila:
Charles. Él se enfadó tanto cuando al final le conté que yo también era como mi
madre, que casi me corta la cabeza a la hora de la cena, después de eso no fui
capaz de mirarlo a la cara. Siempre ha sido Caden el que mostraba tener más
temperamento en casa, y yo fuera, por eso me vi obligado a irme a vivir con él;
Caden es el que siempre me da la razón.
Me meto por un callejón estrecho por el que tengo que
ir de lado, mientras el viento sopla tan fuerte que se cuela entre los huecos
del muro de ladrillos. Si fuera quisquilloso pensaría que el viento sopla mucho
más fuerte que los demás días. Cuando salgo del callejón empieza a llover de
tal manera que en menos de tres minutos quedo calado hasta los huesos. Vale,
ahora ya sé que todo esto no es por el cambio climático… los espíritus se están
alzando, ya pronto se hará de noche y están deseando volver a la vida.
Pienso en Cali, no puedo evitarlo. Ella es la que más
asustada debería estar y, sin embargo quería salir de casa para venir a buscar
a Elena que es la portadora de todos los problemas que nos están pasando. Yo no
querría ir si estuviese en su lugar, no sería capaz de verla y no pensar que
por su culpa mi mundo se está desmoronando. Un pensamiento egoísta se cruza por
mi mente: si nada de esto hubiese pasado yo no habría conocido a Cali. Recuerdo
lo de ayer y una sonrisa tonta me ilumina el rostro, a pesar de la lluvia empiezo
a tener calor.
-¿Por qué sonríes tanto? La lluvia no es divertida.-me
giro en redondo para ver que Eric Hood está detrás de mí igual de empapado que
yo. Su pelo rubio se pega a su frente y de sus pestañas caen gotitas, haciendo
parecer que está llorando. Pero no es eso, parece divertido.
-¿Y tú por qué estás tan divertido? Vamos a
inspeccionar una casa medio destruida, no al parque de Disneyland.
-Cuando vives tanto como yo, al final acabas
acostumbrándote a que todo te parezca muy divertido-me hace una señal con la
cabeza-.Creo que deberíamos ponernos en marcha.
Eric pasa por mi lado y no puedo evitar darme cuenta
de que no huele a nada.
-Es cierto.-le digo-. ¿Cuántos años tienes en
realidad?
-Podría mentirte y decir que tengo ciento ochenta, pero
en realidad tengo doscientos.-se encoge de hombros-.No me gusta presumir.
Se me hace un nudo en el estómago al pensar en eso,
este muchacho en realidad debería tener un pie ya podrido en la tumba. No digo
nada, sino que andamos todo el rato en silencio. Los vampiros me ponen la piel
de gallina con su rapidez (que también tenemos los hombres lobo) y sus pasos
sigilosos como los de un gato.
Llegamos a la casa de Cali, que sigue igual de
destrozada que antes. La puerta salida de sus goznes y en el suelo, la hierba
sin podar y marcas de neumáticos en el suelo… en fin, en estos momentos no me
quejaría ni aunque viviese en una caja de cartón.
-¿Entramos o mejor esperamos?-pregunta Eric.
-Entramos.
Que me llamen imprudente, pero no quiero esperar a
coger a una bruja por sorpresa cuando se me presenta la oportunidad. Cuando
lleguen los otros podría ser ya demasiado tarde.
Todo el interior está destrozado y hecho polvo. El
aire huele a viejo y a madera, pero no es eso lo que me llama la atención. De
la puerta que da al sótano parece venir una pequeña luz azul, tan potente que
se vería desde un kilómetro, casi hasta puedo escuchar cómo brilla. Miro a
Eric, que también parece haberlo visto y me hace un gesto de asentimiento. Por
primera vez desde hace una luna llena, me transformo en mitad lobo, con las
garras fuera y mis ojos amarillos. Mis colmillos se salen de mi boca, haciendo
que quedan a la vista aunque tenga los labios juntos.
-Caray, ahora eres más feo que antes.-dice Eric. Por
su tono de voz creo que lo está diciendo en broma, pero viniendo de alguien
como él, me espero cualquier cosa. En estos momentos me entran de nuevo ganas
de levantarme y pegarle un puñetazo en su nariz, pero un ruido sordo hace que
se me pase.
Bajamos las escaleras del sótano lentamente y cuando
llegamos abajo, me doy cuenta de que solamente es una linterna que posee una
bombilla más que potente. Me entran ganas de agarrarla, pero cuando una sombra
danza a nuestro alrededor, me caigo de las escaleras hacia atrás. Alguien me
agarra del pie y tira de mí hacia el suelo, Eric me sigue de igual manera.
Cuando mi cabeza toca el suelo con un ruido, la luz se
apaga. Si no llega a ser por mi visión de hombre lobo, no llegaría a ver que
delante de mí no tengo más que una sombra aún más oscura que la oscuridad, si
puede ser. La puerta se cierra y escucho sus pasos. No estoy demasiado seguro, pero suena como un humano.
NOTA: Sé que esto está muy descuidado desde hace unos meses y pido mil disculpas. Espero que os esté gustando, porque pronto se acerca el final. Me gustaría agradecerle toda la ayuda a una amiga, ya que nunca se lo he dicho, que me ha estado ayudando y apoyando tanto con esta historia como con otras que espero poder publicar muy pronto. Que por cierto, es la escritora de PREDESTINADA :)
domingo, 3 de agosto de 2014
Capítulo 34
A la mañana siguiente me levanto a las dos de la
tarde, con las voces de muchas personas amortiguadas por las paredes de fuerte
hormigón. Me visto como siempre: camiseta ancha de manga larga y pantalones
vaqueros. Tengo un sabor amargo en la boca, como el que una tiene cuando se
acuesta llorando, que es lo que me ha pasado.
Todo esto es una sobreexplotación de sentimientos que
no sé cómo controlar, Elena se ha hecho más fuerte ahora y solo falta un día:
un puñetero día para que todo esto suceda.
Cuando me termino de peinar, salgo al salón haciendo
que las voces se apaguen de repente y los ojos de los presentes solamente se
fijen en mí.
-Oh, por favor continuad, es lo que siempre
hacéis.-les digo con voz llena de veneno. Ahora estoy cabreada y no sé por qué.
Todos me miran como si estuviese loca y eso no se lo discuto.
-¿Te lo pasaste bien ayer?-me pregunta Luke, pasando
de estar asombrado a tremendamente arrogante
Apoya su brazo en
el respaldo del sofá detrás de él y su ceja derecha se levanta levemente.
Abro el frigorífico como quien no quiere la cosa y
saco una botella de leche y, cuando echo su contenido sobre un vaso, levanto la
mirada y lo miro con desprecio.
-No más que todos vosotros, que se supone que debíais
estar buscando a Elena, pero estabais aquí comiendo comida china.
-¿Estás insinuando algo?-pregunta Caden con aire de
ofendido. Su mano pasa a estar sobre su pecho y sus cejas se arquean hacia
arriba.
Niego con la cabeza y rizos de mi cabello caen sobre
mis ojos.
-No lo insinúo. Lo digo-me encojo de hombros-. ¿Qué
más da que Elena haya hecho un ritual para ser más poderosa? ¿Qué más da que
ayer una sombra me atacase? ¿Qué más da nada, si ya sabemos que nos van a
derrotar?
Aubery se pone en pie.
-Alto, fiera, ¿qué has dicho de qué hechizo?
-¿Y cómo que te atacó una sombra y no lo
sabíamos?-pregunta también su novio, pero este se queda sentado con su cuerpo
medio girado para verme la cara.
Sonrío.
-Con que ahora os preocupáis por mí. Bien…-les cuento
todo lo que sucedió ayer, pasando por alto en dónde estaba cuando la sombra me
atacó, pero sí relatando a la perfección lo que me dijo-.Y eso es todo, ahora
ya podéis poneros de los nervios como siempre, yo me voy a dormir.
-¿Dormir? Son las dos de la tarde, tú te vas a
entrenar.-Luke se pone en pie de un salto y se interpone entre la puerta del
pasillo y yo. Sus manos intentan tocarme, pero me aparto con rapidez.
-No, ahora voy a entrenarme a mi manera. Necesito
estar descansada para poder echar fuego y matar a las sombras.-digo con aire de
superioridad.
Luke parece echar humo por las orejas.
-Oh, no.-Caden se pone en pie-.Otra vez no…
-¿Qué mierda pasa contigo? Desapareces así por así de
la noche a la mañana y llegas a las tantas de la noche, te despiertas tarde y
ni siquiera nos dices que has estado a punto de morir. ¿ESTAS LOCA?-su voz se
calma un poco cuando me dice-: Cali, tienes que confiar en nosotros, sino nada
de esto va a funcionar ahora en adelante.
-¿Adelante?-mi voz suena hueca y mi risa es amarga-.Ya
no hay más adelante, Elena ha ganado y las sombras también. Se las ingeniarán
para involucrarme, que es lo que siempre hacen los malos y vosotros tendréis el
primer pase para ser destruidos. Lo mejor es que os marchéis ahora.
Luke suelta un suspiro y me agarra de la mano con tal
fuerza que no soy capaz de soltarme de él. Me arrastra por medio del pasillo
hasta su habitación, que es la siguiente a la mía y una vez allí cierra la
puerta con cerrojo con su mano libre y cuando termina, me empotra contra ella
para estar entre él y el pomo que tanto daño me hace a la espalda.
Luke levanta el dedo y me señala con él, su otra mano
no afloja el agarre de mi muñeca. Creo que se está volviendo lila.
-Tú...-me dice con voz calmada. Sus ojos están que
arden en llamaradas azules, creo que de rabia. Por un momento tengo ganas de
gritarle, pero otra parte de mí está tan asustada por todo lo que me está
pasando que le encantaría vivir el día que le queda entre sus brazos, aunque
sea una sensación muy pequeña-.Debería gritarte, decirte que eres una estúpida,
imprudente y malcriada que solamente piensa en sí misma y no confía en sus
amigos; una chica dispuesta a morir por los demás aunque esté tan cabreada que
prácticamente no sabe qué sentir… pero no puedo ¿vale? No puedo gritarte y no
puedo dejarte y ver como mueres.
Su voz se ahoga y creo que de sus ojos salen lágrimas.
¿O son de los míos? Porque empiezo a ver borroso y su cara se ve difuminada.
-¿Sabes por qué?-me pregunta Luke, siguiendo con su
discurso-.Porque te quiero, me haces tener dolores de cabeza que no sabía que
existían, no sabía lo que sentía por ti hasta que no te vi y pensé que te
habías ido para siempre… para siempre. Te quiero. No me importa que estés
enfadada conmigo, porque que sientas eso significa que aún estás aquí y que tus
ideas suicidas no han acabado contigo.
No digo nada simplemente porque no sé qué decir, Luke
es el único que es capaz de derribar todos los muros que tengo a mí alrededor
con unas simples palabras que harían tener a cualquiera, ganas de matarlo.
Intento hablar, pero de mi boca no sale ningún sonido más que un gemido: sigo
llorando. Luke se aparta con la expresión de quien le han pegado un bofetón, él
se esperaba que dijera algo como que yo también lo quiero, pero no lo sé, no
puedo permitirme hacerle esto cuando le hice prometer a Sam que mañana tendría
que matarme si nada de esto salía bien.
Mi mente va por detrás que mis articulaciones. Luke
está en la mitad de su cuarto, que está organizado de la misma forma que el
mío, salvo porque él tiene pósteres en las paredes y una guitarra en la esquina
izquierda, al lado de la ventana. Me acero a él casi corriendo y alargo los
brazos para agarrarme a su camisa y darme el impulso que necesito y alcanzar
sus labios entre todo este mar de confusión. Sus labios me reciben, suaves y
cálidos como la última vez que ellos me besaron a mí, pero no es suavidad lo
que yo busco ahora mismo. Las manos de Luke no pasan por mi pelo, sino que se
agarran a mi cintura con dureza y me acercan a él todo el espacio que nos
quedaba. No puedo decirle que le quiero, porque eso no lo sé, pero sé que
siento algo por él que nunca antes había sentido por alguien.
Mis pasos suenan sobre las hojas mojadas, la nieve
acaba de derretirse esta misma mañana y el sitio está más que resbaladizo en
esta zona. Agarro de la mano a Aubery mientras nos encaminamos a la fosa de la
ciudad, según Aubery este es el lugar en el que antiguamente quemaban a las
brujas de la ciudad.
-Este debe ser el lugar ¿no?-la voz de Aubery parece
buscar algo, como si de verdad estuviese desesperada-.Según lo que el espíritu
le dijo a Cali, es “donde empezó todo”. Aquí fue en donde murieron ¿y si este
lugar sirviera de reliquia para el hechizo? En nuestros hechizos siempre
necesitamos algo de esas personas a las que queremos hechizar. Aquí seguramente
estén sus rabias por morir, eso es lo que les hizo volver en un sentido y les
hará volver mañana.
Todo lo que ella dice tiene sentido, aunque esté a
punto de perder los estribos, seguramente porque Cali no parecía muy amable
hace media hora, cuando desapareció con Luke. Después de eso Caden nos mandó a
todos fuera de la casa, a buscar a Elena, que ahora parece ser mucho más
poderosa de lo que ya era antes.
Mis manos se ponen en los hombros de Aubery y le
ejerzo presión sobre ellos, para intentar calmarla lo máximo posible.
-¿Y si te calmas? Buscaremos tranquilamente, Caden y
Connor están en el bosque, nosotros encontraremos…lo que sea que estemos
buscando.
Aubery sonríe, pero es solo un momento, antes de
revolverse y mirarme fijamente. Sus ojos están cristalinos, como si tuviese
ganas de llorar, no la culpo. Sus labios se abren levemente.
-¿Crees que lo conseguiremos? Los espíritus son muy
poderosos.
-Claro que sí.-le agarro la barbilla
suavemente-.Nosotros tenemos a un escuadrón de cazadores, dos brujas y tres
hombres lobo… y a Connor.
Eso parece hacerla sonreír. No me privo del mero hecho
de no besarla, porque ya me moría de ganas por hacerlo. Sus labios al principio
se quedan quietos, pero después se relajan y sus manos pasan a estar sobre mis
hombros.
-Será mejor que busquemos.-digo entre beso y beso.
-Sí…
Me separo de ella, pero mis manos están sobre las de
ella, ni en un momento he tenido el pensamiento de soltarla.
El lugar parece más que desierto y abandonado, con una
“casa” o lo que quiera ser eso en la parte izquierda. Todo está rodeado por una
verja metálica y a ambos lados de nosotros hay montones y montones de basura,
ahora creo que esto se utiliza como un pequeño basurero. Lo ilógico es que no
huele a mierda, sino que no huele a nada. Nos adentramos por medio de la
chatarra de nuestra derecha. Aubery me suelta la mano para agacharse y tocar
algo negro que hay en el suelo, parece gasolina seca.
-Sangre…-dice Aubery. Cuando lo dice agudizo mi
olfato, es verdad que aquí apesta a sangre, es como estar en un matadero-.Es
sangre de buja, lo sé por este color negro que solamente poseen algunos, por
una herida o por envenenamiento…
Se levanta de un salto y corre hacia delante. La sigo
inmediatamente y no me es difícil alcanzarla. Cuando me transformé en hombre
lobo estaba siempre enfadado, ya fuera conmigo mismo o con los demás, siempre
encontraba algún motivo para romper cosas y tirarlas por la ventana cargándome
el cristal. Mis padres pensaron que era la fase rebelde de ser adolescente,
porque ellos no saben que soy mitad lobo: y nunca lo sabrán.
-¡Mira esto!-Aubery señala al suelo, en donde hay
mucha más sangre negra y un cuchillo con empuñadura de metal-.Aquí es donde se
hizo el primer hechizo… y ahí están los hechizos.
Hay un papel debajo del cuchillo, con letras extrañas
y símbolos más que raros.
-¿Qué significa?-pregunto señalando las palabras que
hay escritas con tinta negra.
-Es el idioma de los brujos, mi madre me hizo
aprendérmelo cuando tenía cuatro años, pero se me está pasando un poco.-se lo
guarda en el bolsillo del abrigo y mira a todos lados-.Tenemos que irnos a casa
ahora, Elena no habrá olvidado esto por casualidad, estará preparando todo esto
para mañana.
Me empuja con ambas manos y juntos, salimos de nuevo
de la fosa y, a medida que lo hacemos, siento que la sensación de frío y de
muerte me acecha por las espaldas.
-¿Para qué vamos a venir aquí si ya están de nuestro
lado?-Connor vuelve a ponerse pesado con el tema de que yo quiera venir a
hablar con los cazadores. sus ojos se salen prácticamente de sus órbitas y sus
manos no paran de darme golpecitos sobre mi brazo. Connor me cae bien, pero se
pone pesado muchísimas veces.
-No personalmente.
Es lo último que decimos antes de que la puerta se
abra y el señor Smith, con expresión de cabreo, nos reciba como si nada. Puedo
oler a alcohol en él, y a metal: lleva cuchillos y dagas encima. Su expresión
interrogante es más que suficiente para decirme que no nos esperaba, sobre todo
a mí.
-¿El señorito Hamilton en persona? Siempre pensé que
uno de los dos vendría a pedir clemencia por algo, pero no tú Caden, no tú.
-Ya, dejemos atrás la lista de accidentes que mi
hermano ha causado en el pasado.-señalo con una mano dentro de la casa-.
¿Podría permitirme pasar… a los dos?
Connor alza la mano en forma de saludo y una sonrisa
se dibuja sobre su rostro, pero la borra cuando el señor Smith lo mira con
expresión de pocos amigos.
-Sabes que voy cargado hasta el tope además de tener
un arsenal de armas en mi sótano, dame una razón de imprudencia y todas irán en
contra de los dos.
-Yo solo quería ir a por comida-se queja Connor cuando
pasa al interior de la casa.
Nos quedamos de pie en la entrada, con un espejo a mi
derecha que refleja mi figura nada cómoda y segura como aparento estar más de
una vez. Me cruzo de brazos y obligo a mi cara volverse más dura.
-¿Y a qué se debe vuestra visita?-el señor Smith abre
sus brazos y su sonrisa se vuelve amarga, no me parece el mismo que vi el otro
día obligando a sus amigos a no matar a Cali.
-Quiero que se unan a nosotros.-le digo.
-¿Acaso no lo estamos ya?
Carraspeo nervioso.
-No en esto (que es lo principal ahora) sino para
siempre, no quiero seguir teniendo disputas entre nuestras especies, aunque
creamos que somos amigos, somos de los que nos apuñalamos por la espalda-me
pongo más nervioso aún y cambio mi postura y apoyarme en el otro pie-. Luchad
con nosotros y prometo ser vuestro aliado.
-¿Contra qué?-el señor Smith ahora parece sorprendido,
aunque no quiera admitirlo.
-Contra los peligros de verdad, no con perseguir a
hombres lobo que se muerden unos a otros ni con vampiros que matan a personas
sin querer por tener más hambre de lo habitual…no. Cosas como estas, como las
que están a punto de suceder.
Esta idea me parecía mejor en mi mente, ya que ahí las
palabras no están tan desordenadas como las he colocado hace un momento.
Incluso Connor, que ya sabía a qué venía, se queda con la boca abierta.
-¿Pretende ser nuestro aliado, Hamilton?-pregunta el
señor Smith.
-Pretendo ser vuestro amigo, ayudaros en las misiones
que tengáis de alto peligro y demostrar que no somos nosotros los animales
aquí.
El señor Smith se pone la mano bajo la barbilla y
parece pensárselo un momento. Miro a Connor de reojo que se está mordiendo las
uñas más que incómodo.
-Tienes que estar muy loco para venir aquí y pedirme
esto, muchacho-me dice medio sonriendo-. Pero… está bien.
Connor suelta un grito de triunfo y se calla cuando el
señor Smith y yo mismo le lanzamos una mirada de reproche. Cuando mi mano se
cierra alrededor de la de mi nuevo aliado, la sensación de frío y de soledad ya
me abandonan, como si esto fuese lo primero que debería haber hecho desde hace
mucho tiempo.
PD: Siento mucho la tardanza. Y espero que estéis disfrutando los capítulos porque pronto llegará al final.
martes, 24 de junio de 2014
Capítulo 33
Vuelvo a probar en llamar a la puerta de Cali, que
lleva encerrada desde ayer en su habitación. No quería decir lo que le dije,
pero estaba cabreado de que no hubiese confiado en nosotros y me hubiese
mentido así como lo hizo, además de que se fue a un lugar infectado de vampiros
y podría haber muerto. ¿Es que no sabe que lo hago para protegerla?
Ninguna voz me responde, ni siquiera sé que no se haya
marchado de nuevo como lo hizo el otro día.
Le pego una patada a la puerta ya rota y esta cae al
suelo haciendo un sonido sordo cuando choca contra él. Entro y subo la persiana
para descubrir que la cama está hecha y no hay indicios de que nadie haya
pasado aquí la noche. El cuarto de baño también está vacío.
Me enfado: me enfado mucho. Le doy otra patada a la
puerta ya en el suelo. Mi hermano aparece con la toalla de ducha alrededor de
la cintura y gotas de agua todavía sobre su pelo negro mojado. Por cualquier
sitio por donde pasa queda una huella de su pie de agua.
-Un momento, ¿qué le ha pasado a la puerta?
-Gracias por ayudarme.-le digo a Sam de nuevo. Ya van
quince veces desde que hemos salido de su casa.
Esta mañana me he levantado muy temprano para venir a
su casa. No he querido entrenar hoy con Luke ni con Caden porque aún estoy
enfadada y no quiero que nada se me descontrole en el interior, sobre todo con
los días que cada vez están más y más cerca; pronto o serán las sombras las que
resuciten o será mi poder del fuego. Por eso ahora me he vuelto a poner los
guantes, ya que esta mañana he tenido otro de esos percances míos que tuve al
principio, como quemar un contenedor de basura al ir a casa de Sam.
Ella se encoge de hombros. Está vestida con unas
mallas negras ajustadas y una camiseta de tirantes que deja ver su pecho lleno
de sudor subir y bajar con rapidez.
-Yo también tengo que empezar, hace tiempo que no
corría así.-suelta un suspiro y se echa la coleta hacia atrás-. ¡Dios mío! Nos
hemos recorrido más de la mitad en cuatro horas, es todo un récord.
Miro a nuestro alrededor, estamos en el interior del
bosque en donde los árboles descansan más juntos y el suelo es prácticamente un
lugar peligroso por el que caminar, ya que casi todo son raíces de los árboles.
-¿Qué te pareces si andamos un poco?-le pregunto.
-Me parece bien.
Nos ponemos hombro con hombro mientras levantamos los
pies para saltar un tronco tumbado en el suelo.
-¿Es verdad todo eso que dicen, es bueno huir de tus
problemas?-Sam me mira de reojo.
Sus ojos azules la delatan, sigue siendo la misma
chica cotilla que era cuando actuaba a ser la típica adolescente normal que no
tiene un arsenal de armas escondidas en su sótano y debajo de su almohada.
-Sí si así puedes salvar a algunos.-me encojo de
hombros-.Ayer se enteraron de todo, no sé cómo, pero lo hicieron. Cuando me
enfado soy como una antorcha humana y no quiero hacerles daño, aunque haya
alguno que se lo merezca.
Sam se ríe.
-¿Y todo esto sigue en pie? Porque mi padre ya ha
pedido arsenal como para matar a todo ser sobrenatural de esta ciudad.
-Pues que tenga cuidado porque si no la población se
quedará en nada.-bromeo, aunque sé que es cierto y eso me duele.
Seguimos caminando casi todo el tiempo en silencio,
eso es lo bueno de la Sam de verdad, que no es tan pedante como aparenta ser.
Ella es callada y parece no meterse mucho en tus problemas ajenos, como si ella
no tuviese sus verdaderos problemas.
-Oye, cuando he ido a tu casa esta mañana ¿es que tú
no duermes?-le pregunto casi riéndome, he ido a su casa a las seis de la mañana,
y ya estaba vestida y desayunada.
-Los cazadores somos gente madrugadora, es nuestro
trabajo-me explica-, algunos casi ni duermen por estar todo el día patrullando.
Nosotros tuvimos uno en nuestro grupo.
-¿Tuvisteis?
Sam asiente.
-Sí, su hijo lo tuvo que ingresar en un hospital para
que lo cuidaran, ahora es él el que está con nosotros, creo que se llama
Sturad.
-Stuart.
Stuart es ese muchacho tan simpático que conocí cuando
fui a casa de Sam para que su grupo de cazadores accedieran a venir con
nosotros en la lucha contra las sombras, él no parecía muy a la favor de los
cazadores pero según me dijo, le encantó esta idea de participar y reavivar la
chispa de nuevo.
-Es lo que he dicho.-replica Sam.
Pongo los ojos en blanco. Miro de nuevo a mi
alrededor, el aire empieza a oler a podrido y me lloran hasta los ojos. Sam
parece notar lo mismo porque sus manos
pasan a estar sobre su nariz y se la tapa, haciendo que su voz, cuando
hable, suene muy estúpida.
-¿Pero qué es ese olor?
-No lo sé, pero huele que apesta.
Nos acercamos a un lugar en el que no hay árboles, ni
siquiera la hierba es fresca ya que está amarilla y pelada. En el centro del
descampado hay ropa: mucha ropa, o eso es lo que creo.
-¿Qué mierda es esta?-pregunta a Sam a nadie en
especial.
La dejo ahí plantada mientras me acerco hasta la ropa
del suelo, que parece ser la fuente de ese olor asqueroso. Me agacho y extiendo
la mano hacia una de las telas negras que hay en el suelo y cuando la agarro
noto como pesa.
Me caigo al suelo y pego un grito de terror, no son
solo ropas, sino que también son personas…
…personas muertas. Son cuatro puertos: dos mujeres y
dos hombres. Sus ojos están abiertos de terror y sus bocas están levemente
abiertas, como si esta expresión hubiese sido la de antes de morir.
Me echo hacia atrás dando patadas a una fuerza
invisible cuando Sam me agarra de los hombros y hace que me cantee para no
mirar más los cuerpos muertos.
-Shhh, está bien…-sus ojos están pendientes a los
cuerpos-.Ahora vuelvo, ¿vale?
La veo acercarse a los cuerpos y poner sus manos sobre
ellos, uno por uno. Cuando vuelve hacia mí, su expresión está rígida y su piel
blanca como la leche. Me agarra del hombro y me clava las uñas, me obliga a
ponerme en pie y a andar en dirección contraria.
-Son…son de las cuatro especies: vampiro, hombre lobo,
brujo y humano.-su voz resulta apagada-.Esto no lo han hecho sin querer,
alguien ha tenido que hacerlo para algún fin…
Ya sé por dónde van los tiros.
-¿Crees que…?
…que Elena ha asesinado a estas personas para llevar a
cabo el hechizo de invocar a las sombras que se llevará a cabo dentro de tres
días.
-¿Se puede saber qué estás buscando? Así yo también te
ayudaría a buscarlo y no montar tanto jaleo.
Sam me ignora por completo y sigue buscando en los
cajones del mueble de su salón. Hay montones de cosas dentro de él que ahora
tiene Sam a su alrededor: desde una jarra de plata hasta una muñeca sin cabeza
de plástico (supongo que la muñeca de Sam de pequeña, aunque ¿ella jugaba con
muñecas? Yo pensé que se divertía clavándole un cuchillo a algo). Me siento en
el sofá y espero a que ella se rinda o me diga algo; mientras pongo los pies
sobre la mesa y me quedo contemplando el techo, pensativa y recordando el olor
a muerto del bosque y los tres cadáveres de las cuatro personas de él. Eso ha
tenido que hacerlo una persona que sabía lo que hacía, no un accidente.
-¡AQUÍ ESTÁ!-Sam se pone en pie con un libro gris
lleno de polvo que puede tener más de mil páginas. Se nota que es antiguo,
sobre todo por las páginas; de un color amarillo que casi parece que al
tocarlas puedan hacerse ceniza sobre tus dedos. Por otro lado, Sam pasa las
páginas como nada, tan rápido que no sé cómo se entera de lo que está leyendo.
>>Tiene que estar por aquí… ¡Ajá! No, espera,
esto es sobre cómo hacer el anillo de un vampiro…-vuelve a pasar las
páginas-.Ahora sí… ¡Aquí está!
Me aparta los pies de la mesa con un empujón y estoy a
punto de caerme al suelo. Sam se pone a mi lado y deja el libro sobre la mesa,
ahí extiende el brazo para señalarme la primera página, la otra tiene un dibujo
de una luna, un caldero y un cuchillo… no sé qué quiere decir.
-<<El hechizo de “Sacrificio” es el más
utilizado entre los brujos hoy en día, también allí por los siglos diecisiete y
dieciocho-lee Sam en voz alta-.Su poder es tal, que es capaz de hacer que el
que lo utilice tenga la fuerza de la gente que mata, así usando su sangre y
mezclándolo con una de las reliquias de la persona que lo hace. No tiene por
qué ser otro brujo, puede ser otro tipo de raza (como vampiro, hombre lobo y
cazador), la de humano es tan inútil que no es necesario matarlos. >>
-¿Quieres decir que las han matado para hacer un
hechizo y ser más poderoso?
Sam asiente y se echa hacia atrás, casi hundiéndose en
el sofá de cuero negro. Su tez es blanca como la leche y sus ojos azules
resaltan más sobre su rostro de niña pequeña que tiene, haciéndole parecer más
delicada; aunque claro, ella es una cazadora.
-Y me apostaría mi marca que ha sido Elena, ella
necesita la fuerza suficiente para poder hacer el siguiente hechizo de
resucitar a los espíritus.
-Pero eso significaría que ya están dando por supuesto
que voy a acceder a hacerlo yo también.-digo a media voz.
-¿Es que no te das cuenta?-la voz de Sam es
dura-.Desde que viniste aquí sabían que ibas a acceder a voluntad o por fuerza.
Van a conseguir que lo hagas, pero nosotros estaremos preparados.
Me hundo en el sofá a su lado.
-Debería ser yo la que muera.-digo con voz
apagada-.Ahora ya no necesitamos buscar a Elena, ella podría matar a
cualquiera, necesito ser yo la que muera.
Sam no dice nada, sino que se queda mirando a ningún
punto en especial con la expresión cansada.
-Necesito que me hagas ese favor Sam.-le insisto
canteándome para verle mejor la cara-.Necesito que me jures que si no sale
bien, serás tú la que me mate.
-Debería decirte que no, pero yo haría lo mismo en tu
lugar: prefiero que muera una persona a miles de ellas.
Suelto un largo suspiro.
-Gracias.
Cuando salgo de casa de Sam no sé a dónde voy, pero sé
que no quiero entrar aún en casa para que Luke, Caden y los demás me digan que
lo que he hecho es una imprudencia, ya tengo mal sabor de boca por todo lo que
está pasando a mi alrededor, no quiero tener que contárselo. Ellos no se van a
enterar del trato que he hecho con Sam, nadie debe saber que voy a morir.
La idea de morir me resulta escalofriante, como tocar
con los dedos la fría hoja de la empuñadura que te atacará dentro de poco; todo
el mundo sabe que cuando naces, algún día llegará tu fin, pero es algo
imprevisto, nadie sabe que morirá el día menos pensado: yo sí.
Me entra un escalofrío cuando el frío empieza a
alzarse de una manera tan extraña, que creo que no estoy sola. Alzo mi cabeza
para ver, con pura sorpresa, que estoy delante de mi casa: mi verdadera casa.
Ni la de Caden, ni la de Londres, esta sí que es mi verdadera casa. La puerta
está en el suelo y el jardín está mal cuidado por los días sin cortarlo, con
trozos de neumáticos sobre la tierra. Subo los escalones de la entrada y
descubro que todo está más roto que cuando me fui por última vez, como si
alguien o “algo” hubiesen venido después.
Entro en la casa y descubro que no hay nada más que
escombros de madera rota y cristales que crujen cuando las pisas. Miro dentro
de la cocina donde el frigorífico está tumbado en el suelo y el microondas
hecho añicos. En el salón todo está igual que antes, salvo por que las cosas
que había en los cajones ahora están abiertos y las cosas tiradas por donde
quiera que miras.
Suelto un suspiro y por un momento me entran ganas de
llorar y de destrozar más las cosas rotas que hay por aquí. Es solo un momento,
porque después escucho un ruido sordo procedente de la casa: del sótano, siendo
más específicos. No sé si es porque hace apenas dos días estuve en un lugar
infectado de vampiros y ahora estoy más sensible que nunca, pero voy corriendo
a la cocina y cojo uno de los cuchillos que hay tirados en el suelo. Después,
abro el picaporte de la puerta del sótano y trago saliva cuando veo las
escaleras que dan hacia el agujero negro que tanto odio.
La luz solamente da hasta la mitad de las escaleras
así que la otra mitad voy a oscuras y en silencio. Cuando llego abajo busco a
tientas el interruptor de la luz. Cuando la sala se ilumina, ahogo un grito y
el cuchillo se me cae de la mano. Una sombra se alza sobre mí y me caigo al
suelo para ver sus ojos azules con un matiz de furia. Me da un golpe en la cara
y siento un escozor en la mejilla. Intento alcanzarla yo con mis manos pero
nunca llego a tocarla, porque se desvanece para aparecer de nuevo sobre las
escaleras. No tiene boca, pero noto como se ríe de mí.
-Spirit estúpida, Ignis era más astuta que tú, aunque
nos abandonó. Tú no harás lo mismo, solo faltan tres días para que pueda volver
a la vida y así lo haré, ¿de acuerdo? Donde pasó todo, ahí haremos el ritual… donde
pasó todo.
La sobra desaparece y me quedo sola con la respiración
agitada. Me vuelvo a poner en pie y mis manos se cierran sobre la empuñadura
del cuchillo frío y metálico. Miro a mi alrededor por si otra sombra se
abalanza sobre mí. Pero solamente encuentro cajas de cartón. No sabía que aquí
había cajas como esas, aunque supongo que son las que guardan la comida que
Elena escondía de Chris…
Me acerco a ellas aun echando un vistazo a mi
alrededor y las tiro al suelo para mirar en su interior. Están cerradas por
celofán, pero las abro igualmente con el cuchillo que tengo en mi mano. En estos
momentos me recuerdo a un personaje de alguna película…
…abriendo una caja llena de armas. Armas como espadas,
cuchillos y pistolas, hasta con municiones de balas; pero no son las normales,
son de madera y de plata, después están las que creo que son para los humanos.
Saco todo el arsenal y en el interior descubro que está el nombre de mi padre,
escrito con su puño y letra.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)