sábado, 24 de mayo de 2014

Capítulo 29

-¿SE PUEDE SABER DÓNDE NARICES ESTABAS?-la voz de Luke es como un martillo para mi cabeza cuando tiro las llaves sobre la mesa y me tumbo en el sofá cansada por el palizón de esta mañana. Quiera admitirlo o no, tanta emoción a acabado por cobrarme factura: no me siento las piernas, tengo hambre y mucho sueño.
-Dando un paseo.
-¿Desde las siete de la mañana?
-¿Qué quieres que te diga? Soy lenta caminando.
Me pongo de pie y voy hasta el frigorífico que está más que pelado, es un milagro que tenga la lucecita en la parte de arriba porque si no pensaría que es un mueble más de la casa.
-Oye, ¿es que nunca salís a comprar comida? Ya sabes, existen supermercados y todo eso…
Luke está detrás de mí que echa chispas. Su mano cierra el frigorífico y me empuja contra él cuando se inclina hacia delante. Sus ojos están oscuros por la ira.
-¿Y qué has hecho para tardar unas… seis horas?
-Entrenar.
-¿Con vaqueros?
-¡Déjame lucirme de vez en cuando!-le encaro levantando las manos y con un tono de voz elevado.
Luke pone los ojos en blanco y su mano libre se pone al otro lado de mi cabeza. Sus labios se curvan hacia arriba y por un momento creo que me ha pillado; pero solo ha sido un momento.
-¿Podemos dejar el interrogatorio? Huelo fatal y quiero darme una ducha.
Luke se aparta y me deja el paso para poder pasar por su izquierda. Cuando ya estoy cerca del pasillo me paro un segundo, ¿qué pasaría si se lo digo, si de verdad los cazadores están de acuerdo con ayudarnos? Pues él me mataría, me responde una parte de mi cerebro. Vamos, es Luke, el que te besa y después se enfada contigo como si fueses una estúpida. No, mejor será que no sepa nada, al menos no él.
Cuando entro en la ducha suelto un suspiro de alivio por el calor del agua, desde esta mañana a las siete no he podido entrar en calor, ni siquiera cuando Sam me ofreció un tazón de café caliente. Allí es ella el “ama” de casa ya que su madre se divorció de su padre por el trabajo que él tenía (el de ser cazador, no el de ser sheriff) y Sam decidió ser cazadora también por lo que dejó marchar a su madre.
Me doy la vuelta para mirar la mampara y detrás de esta, a pesar del vaho que hay, puedo ver a una sombra cuyos ojos azules me miran con fiereza. Levanta la mano mientras yo me echo hacia atrás para chocarme contra el manillar de la ducha y hacerme daño. Quiero gritar, pero me daría vergüenza que alguien me vea así. La sombra escribe algo sobre el cristal pero no lo entiendo, no sé si son símbolos. Cuando termina desaparece por el desagüe del suelo como el agua.
Salgo corriendo sin importarme de coger frío o la toalla. No son símbolos, son letras pero desde detrás se veían del revés.
Se te acaba el tiempo. Y las oportunidades.

Una mata de pelo negro se asoma por detrás de la puerta de mi cuarto. Aubery sostiene en alto un bocadillo envuelto en papel. Le hago un gesto para que mase y me siento en la cama.
-¿Qué estabas haciendo en el suelo?-me pregunta Aubery quitándose el abrigo. Lo pone sobre la mesa y se tira en mi cama.
-Estirar. Voy a salir a correr ahora dentro de un rato.-en parte es verdad y en parte es mentira.
Sam me ha mandado un mensaje este mediodía diciendo que Eric quiere participar, pero de él ya sabía que lo iba a hacer, es de sus hermanos de los que no lo tengo muy claro.
-Pero ya has corrido esta mañana. Toma: es un bocadillo vegetal, lo he cogido de camino. Es que sé que aquí no compran comida para hacer.
Le pego un muerdo al bocadillo y miro a Aubery a sus ojos castaños. De ella no tengo tan mala fama, quiero decir que a ella puede que le agrade la idea.
-¿Y vas a ir sola? Ya sabes, con todo esto de Elena.
-No le tengo miedo a ella, pregúntale a Caden qué le hice el otro día.
Aubery me mira arqueando una ceja y se cruza de brazos como queriendo decir que a ella no se la cuelo.
-Bien.-digo alzando las manos-.Quería ir al club Neón a hablar con los vampiros.
-¿PERO TÚ ESTÁS LOCA?-Aubery se pone en pie y me veo obligada a agarrarle la mano para que se siente.
Le pongo la mano sobre la boca y se lo cuento todo. No sé si Sam va a estar de acuerdo con esto, pero sí sé que no tenemos otra alternativa, los vampiros tienen supe poderes y casi no pueden morir, no me importa que ellos quieran participar en la pelea contra las sombras. Porque ya sé que va a haber pelea.
-¿Eso es todo?-me pregunta Aubery con la voz hueca debido a que mi mano están sobre sus labios.
-Sí, ¿puedo soltarte sin que intentes asesinarme?
Aubery asiente.
-No quiero asesinarte, la verdad es que me parece muy bien que hayas tenido esa idea porque yo también lo estaba pensando. Pero me parece un poco racista que no hayas pensado en los brujos.
Me encojo de hombros, la verdad es que no lo había pensado.
-Ellos no querrán enfrentarse a unas brujas, sean malas o no ¿verdad?
-Sí, tienes razón. Lo mejor será que nos demos prisa.-Aubery se pone en pie y se pone el abrigo.
-Espera, ¿es que vienes conmigo?
-Claro que sí tonta, ¿de verdad crees que te van a dejar salir después de lo de esta mañana? Luke estaba que se subía por las paredes y los demás también. Yo seré tu cómplice silenciosa y te ayudaré en tu misión.
Me pongo en pie y me pongo yo también un abrigo que tengo metido en la maleta debajo de la mesa. Sin Aubery no hubiese podido salir de nuevo, es bueno que se lo haya dicho todo a ella.

-Hemos llegado. Por favor, no se olviden de presentar sus recomendaciones en la salida, el nombre de la conductora es Aubery Holsom y estará encantada de leer sus comentarios. Gracias, gracias…
Miro a Aubery como si estuviese loca, pero no más que yo al tener esta grandísima idea: adentrarnos en el club Neón a hablar con los vampiro y pedirles el favor que nos ayuden en la lucha contra los espíritus.
-¿Qué tienes planeado? ¿Entrar dentro y masacrarlos con balas de madera para que acepten?-Aubery tiene los ojos iluminados con un brillo que nunca había visto antes.
-¡No! Solamente hablaremos como personas que somos.
-Habla por ti, ellos están muertos.
Pongo los ojos en blanco.
-Te agradecería que no les dijeses nada de esto a nadie, no hasta que sepa cómo explicárselo.
Aubery asiente y saca una estaca de la guantera para escondérsela en su bota derecha que le llega hasta el muslo.
La miro atónita.
-¿Qué?-pregunta.
-¿En serio tienes una estaca en la guantera?
-Un lápiz me parecía muy pequeño para todos los de ahí dentro.-se encoje de hombros-.Por lo otro no hay problema, no se lo diré a nadie. Soy una tumba, tu cómplice silenciosa, la que nunca habla…
-Para ser mi cómplice silenciosa hablas mucho por ese pico.-abro la puerta del coche-.Ahora vamos que empezarán a dudar de que hayamos ido a ir de tiendas.
Esa es la excusa que hemos puesto para salir las dos juntas de casa sin que ninguno de los otros nos siguiesen. Esta mañana han estado buscando por casi toda la ciudad y sigue sin haber rastro de Elena, cosa que me está poniendo de los nervios ya que se nos está echando el tiempo encima. Dentro de una semana es luna llena.
-¿Qué tienes pensado entonces? Sabes que no nos dejarán entrar.-Aubery se pone a mi altura cuando yo ya esto cerca de la puerta.
No le contesto, algo me llama la atención en la última planta del edificio: una de las persianas se ha movido.
-Tengo mis manos.-digo lo más tranquila que puedo.
-Y te desmayarás como lo utilices demasiado.
Fulmino a Aubery con la mirada y abro la puerta para pasar a su interior.
El local está vacío y las luces apagadas, no hay nadie salvo nosotras dos: las intrusas. Me coloco yo primero e intento recordar por dónde se subía a la última planta, pero todo lo que tengo de ese día se me borra de la memoria.
-Esto está helado.-dice Aubery abrazándose-.Será mejor que nos demos prisa, porque me está dando muy mala espina.
La ignoro, es mejor si no quiero gritarle que no está siendo nada optimista en esta misión y le hago un gesto para que me siga. Ella asiente y las dos nos movemos en silencio hacia la puerta más cercana. Cuando entramos dentro encontramos un ascensor. Miro a Aubery y ella asiente, este debe ser por el que subimos la primera vez.
-¿Subimos?-pregunto.
Aubery pasa por mi lado y entra dentro.
-Ya saben que estamos aquí, mejor será que lleguemos antes ¿no?
Trago saliva, se me ha formado un nudo en la garganta. Entramos las dos dentro y ella pulsa un botón para subir. Cuando la caja metálica se remueve, noto como asciende.
-Esto me parece una locura.-me susurra Aubery.
La miro a los ojos.
-Pues no haber venido. Nadie te lo ha pedido.
-¿Y vienes tú sola, adentrándote en este sitio? No, las amigas están para ayudarse.
Casi me pongo a llorar de alegría cuando dice que es mi amiga. Nunca antes había tenido una y no sabía cómo se comportaban éstas, pero supongo que debe ser así; ayudándose las unas  a las otras.
El ascensor se para y abrimos la verja. El espacio donde no hace mucho estuve bailando está vacío y a oscuras, solamente la luz que se filtra a través de las persianas negras nos permite ver un poco el recinto.
Pasamos dentro y los tacones de las botas de Aubery hacen eco. Ha venido muy mal vestida para esto: con un vestido, unas botas y un abrigo. Nada bueno para el sitio donde nos hemos metido.
-No os hagáis los chulos y salir de donde estéis.-dice Aubery. Su voz se ve intensificada por el eco.
Me quedo quieta cuando empiezo a escuchar unos pasos a mi derecha y una risa hace que tenga ganas de salir corriendo de aquí. Pongo mis manos delante de mí tal y como he estado practicando.
-Brujas, como no siempre fastidiando.-dice una voz. Está en la esquina y cuando se acerca, veo que es Rich, el hermano de Eric. Por lo menos esta vez lleva camisa. Sigo sin poder diferenciar sus ojos, si son castaños o negros, pero su pelo negro es visible en esta oscuridad.
-Mira quien fue a hablar.-Aubery se cruza de brazos y adopta una pose muy diferente de la de antes, ahora está más centrada y parece dar hasta miedo.
Rich la ignora y sigue acercándose a nosotras. Estamos en el centro de la sala, justo encima de la pista de baile que tanto se iluminaba.
-¿Qué queréis? Estamos cerrados.
-Hablar.-le respondo con una voz más clara de la que me hubiese imaginado-.Sobre un tema en especial.
-¿Un tema en especial? ¿Política puede ser?
Aubery hace un ruidito de impaciencia.
-Calla tu bocaza de una vez y escucha.-le espeta.
Miro detrás de mí, Aubery tiene sus manos a ambos lados de ella con los puños bien apretados. Ella asiente con la cabeza y suelta un suspiro para calmarse un poco.
-Necesitamos ayuda.-respondo, rompiendo el silencio.
Rich se ríe y millones de otras voces lo imitan. Las persianas se suben de golpe y pego un salto al ver tanta gente aquí dentro.
Rich alza los brazos como diciendo “¿Qué se le va a hacer?”
-Sabemos que la necesitas, tenemos ojos en todos los lados pero ¿por qué la quieres?
Trago saliva de nuevo. Ahora la boca me sabe ácida, prácticamente como el ambiente en el que nos hemos metido.
-Porque sois fuertes, rápidos y casi no se os puede matar.
Rich se acerca más a mí y gracias a la luz puedo ver que sus ojos no son ni castaños ni negros, sino verdes del color más oscuro que haya podido ver. Casi me da miedo mirarlos.
-Tú mismo lo has dicho querida: casi. Es verdad que no se puede matar a alguien que ya está muerto, pero nosotros no nos arriesgamos ¿verdad muchachos?-todo los presentes alzan los puños y las voces para decir que está de acuerdo-.Ahora bien, ¿pretendéis que os ayudemos cuando ni siquiera habéis pedido perdón por romper nuestra ventana?
Rich sonríe y se cruza otra vez de brazos. Parece tranquilo, como si controlase la situación.
-Estaba inconsciente, necesitaban sacarme cuanto antes de aquí.
-También me rompisteis los baños y no me devolviste la ropa que te llevaste…-va diciendo como si yo no hubiese hablado.
Cada palabra que él dice son unas ganas de salir corriendo de aquí, es verdad de que no tendríamos que haber venido.
-¿Eso es un no? Porque puedes comerte todas las mierdas que tienes preparadas para decirme y así me marcho ya.
Rich abre la boca pero se ve interrumpido por otra voz más potente. Un hombre de unos treinta años aparece detrás de él y le pone las manos en el hombro para echarlo hacia atrás. Su pelo es rubio y tiene los ojos verdes, es muy parecido a Eric y supongo que es el último hermano que faltaba.
Cuando él sonríe, se le marcan más los huesos de su cara.
-Lo sentimos si mi hermano ha causado estragos, nosotros somos gente muy amable.
-¿Aparte de cuando queréis asesinar a la gente?-inquiere Aubery, pero su color de piel la delata, también está asustada.
-Aparte.-le responde el hombre. Deja de mirarla y me mira a mí a los ojos-. ¿Cómo te llamas criatura?
Hago una mueca de desagrado.
-Cali, Calina Berry.
-Bien. Ethan Clapton para servirte bruja del fuego.
Hace una reverencia. Este tío es un pelmazo más grande que una casa. Me entran ganas de vomitarle en la cara, pero quiero reservar el bocadillo que me he comido ya que es lo único bocado que he probado hoy.
-¿Es ayuda lo que necesitáis? Cuanto siento que no podamos dárosla.-me dice Ethan paseándose por la sala alrededor de Aubery y de mí.
-¿Por qué no?-pregunta Aubery. Se ha puesto tensa.
-¿No te basta con las múltiples peleas que tenemos con los cazadores y los hombres lobo? No queremos ser un estorbo ya que parece que os las apañáis bien.
Frunzo el ceño.
-¿Solamente es por eso o porque no os apetece mover un dedo para ayudarnos?
Rich suelta un gruñido y hace el además de acercarse a mí, pero su hermano le detiene poniéndole la mano en el pecho. Es rápido, antes estaba en el otro extremo y ahora está ahí…
-Es vuestra guerra y no la nuestra, además de que ya tenemos suficiente con que nos tachen como los malos.
-¿Cómo los malos? ¿Por qué será? Ah, sí, porque quizás matáis a gente. Qué estúpida soy.-no sé de donde salen todo esto que estoy diciendo, pero cuando los ojos verdes de Ethan se dirigen hacia mí, me quedo muda.
-Nos alimentamos de ella, no la matamos. ¿Sabes lo duro que es que te digan que somos asesinos? No, claro que no, tú no hace ni un mes que sabes todo esto.- se acerca a nosotras-.Ni siquiera sabes cómo funcionan tus poderes, eres tan frágil como una muñeca de porcelana. Incluso pareces una de ellas…
Se acerca rápidamente hacia mí y me pone las manos sobre el cuello. Sus dedos están fríos pero no aprietan en absoluto. Creo que es porque Aubery se ha desenfundado pronto y tiene la estaca sobre el cuello de Ethan. Todos guardan silencio.
-Un paso más y te clavo la estaca.
Ethan me suelta el cuello y vuelvo a respirar de nuevo, cosa que no sabía que había dejado de hacer. Se separa de nosotros con sus brazos extendidos a ambos lados.
-Mis disculpas.
Niego con la cabeza y le pongo a Aubery una mano en el brazo para indicarle que nos marchemos. Cuando estamos casi en el ascensor de nuevo, otra voz nos interrumpe.
-¿Ya os vais? Pensé que me ibas a reservar un baile.
Rich se pone delante de nosotras y me agarra por las muñecas para darme la vuelta y mirar hacia los ojos verdes de Ethan que casi se salen de sus órbitas. Aubery también está atrapada por una vampira bajita y con el pelo negro corto hasta el hombro. 

viernes, 23 de mayo de 2014

Capítulo 28

Mi móvil suena a las siete tal y como planeé. Sé que es muy temprano pero hasta que dé con la casa voy a tardar como tres horas, tiempo suficiente como para que una chica como ella le haya dado tiempo hasta de desayunar.
Me enfundo con mis vaqueros desgastados por las rodillas y los pies y una sudadera azul con el logotipo de Oxford en blanco. Me hago una coleta y me pongo las zapatillas de deporte, es lo mejor que puedo encontrar a oscuras y sin que nadie me escuche. A veces no es bueno dormir con dos hombres lobos en la casa.
Salgo de mi cuarto a hurtadillas y miro a ambos lados del pasillo para asegurarme de que nadie me sigue. El cuarto de Luke está al lado del mío y está cerrado a cal y canto, desde ayer no hemos vuelto a cruzar palabra, y por cómo es Luke sé que esto va a durar lo suyo. En parte es bueno porque así no tendré que preocuparme de mantener las distancias, pero la otra parte de mí (la parte más estúpida y sensiblera) le duele mucho que me haya tratado así, como si fuese estúpida y no me tomara en serio. Que le den, pienso, ahora céntrate en el plan, cabecita loca.
Cojo una de las dos llaves de la puerta y la abro despacio y en silencio. Casi suelto un grito cuando paso a través de ella y la cierro de nuevo. Hago un gesto triunfante y después me encamino hasta las escaleras para bajarlas, nunca he sido muy amiga de los ascensores ni nada que me quede encerrada en espacios tan pequeños.
Cuando llego abajo el aire medio nocturno con una pizca de nieve me saluda por fin, llevaba como tres días sin salir de ahí y me sentía prisionera casi en mi propia casa. Me pongo a andar haciendo un ruido cuando piso la nieve parecido a cuando espachurras una bolsa llena de aire e intento no reírme. Si no me oriento mal, la casa que estoy buscando debería estar por la izquierda. La casa de Caden está justo en el centro y de esta parte de la ciudad se extienden todas las demás calles como patas de una araña; de ellas más y así sucesivamente.
El sol está empezando a salir y eso significa que no falta mucho para que den las ocho. Paso un paso de semáforos en rojo al no venir ningún coche y empiezo otra vez mi marcha sobre la nieve blanca y fría. Siempre me ha gustado la nieve, me acuerdo que de pequeña no paraba de jugar en el jardín de mi casa (bueno, de lo que era mi casa) mientras mi madre dibujaba el paisaje y mi padre se bebía su taza humeante de café totalmente negro. Ahora que lo pienso, me acuerdo de todo eso mientras que no me acuerdo haber tenido poderes nunca, como si me hubiesen borrado la memoria.
Me quedan dos horas para llegar a su casa. La verdad es que no sabía lo que hacía hasta que puedo volver a pensar antes de dormirme y creerme, tuve mucho tiempo ya que no salí en ningún momento, ni siquiera cuando Caden me pidió que lo hiciera, él es el único que no sabe que la puerta está rota que si no cualquiera lo escucha…
Escucho unos ruidos metálicos detrás de mí y por un segundo me pongo tensa y me canteo, es solo la verja de una tienda al abrirse ¿tan pronto abren las tiendas? Me relajo, al hacer tanto frío tengo mis músculos congelados y duelen muchísimo más. No sé qué es lo que habrá pasado después de todo con la tienda de Nate y Caden después del “altercado” de mi mala leche, pero espero que no les echaran la culpa a ninguno de ellos.
Me quedo parada mirando la boca del bosque en donde me metí no hace mucho para correr y después acabar haciendo fuego con mis manos y mi pensamiento. Ahora me parece que fue hace tanto que la opresión en el pecho se me hace insoportable y tengo que abandonar ese lugar casi corriendo.
Después de un buen rato miro la hora de mi móvil, son las nueve aunque en eso debería haberme fijado más bien porque el sol ya está iluminando la nieve con un efecto de lupa. Tengo que taparme los ojos unos segundos para después apartar la vista y fijarme en los edificios de mi derecha. No sé si estoy llevando bien esto de haberme fugado temporalmente, ni siquiera estoy segura de que no me hayan oído y ahora me estén buscando como locos. Espero que no, porque tienen que perseguir a otra, y esa es Elena. Todo parece girar en torno a ella, como un plan que se hubiese hecho desde hace tiempo; parece que esto es un juego y que Elena está a la cabeza junto con las sombras.
No, pienso negando con la cabeza, eso no va a pasar porque vamos a ser buenos en esto, necesitamos ser buenos en esto.
Ya he llegado y son las nueve y media, el tiempo pasa muy deprisa cuando eliges las calles al azar y no paras de pensar en los problemas que tienes. Paso por el jardín y llamo a la puerta repetidas veces antes de que una Sam enfadada y con el cepillo de dientes en la boca me mira con unos ojos que no expresan la bienvenida; además de formular la pregunta que sus labios no pueden.
-Necesito tu ayuda.-me limito a decir con las manos metidas en los bolsillos de la sudadera.

-Vamos a ver si me he enterado bien: ¿después de echarnos de vuestra casa como si fuésemos peste ahora queréis nuestra ayuda?-Sam parece atónita. Estamos en su cuarto en donde solamente he entrado una vez-.No me lo creo.
-Sí. Más bien yo no te eché, os echaron ellos y ni siquiera sé por qué, ¿solamente por haber traspasado unos límites estúpidos? Vaya cosa.
Me siento al lado de ella sobre su cama muy bien hecha. Desde que me enteré que Sam era una cazadora ya no la mismo con los mismos ojos que antes, ahora parece que todo lo hace para despistar. Me pregunto cuántas de sus amigas animadoras saben cómo es Samanta Smith.
-Los cazadores no son especies sobrenaturales, Cali, no es como ellos que tienen poderes. Entrenar duro es lo único que poseemos nosotros y si algo es nuestro, lo defendemos con garras y dientes.-hace una pausa y se humedece los labios-.Por eso me gusta lo que soy, salvamos a la gente cuando alguno infringe la ley, como los sheriff pero más grandes.
-¿Por eso se lleva Luke tan mal con vosotros, por creeros superiores a lo que de verdad sois?
Sam niega con la cabeza.
-Luke es... complicado. No sabes por qué actúa hasta que lo hace, cosa que se aprende con el tiempo.
Entrecierro los ojos.
-¿Cómo lo sabes? No es que os lleveis muy bien-le digo.
-Nosotros tenemos que tratar con todos ellos, brujas, vampiros y hombres lobo-me responde despacio-. A tu amiguillo no le gusta que le demos órdenes que tenga que cumplir, eso es todo.
-Vaya…-suspiro-.Bueno, volviendo al tema principal: ¿aceptas o no?
Sam asiente.
-Es nuestro trabajo ayudar a la gente, pero no sé si “ellos” querrán aceptar.
-¿Ellos, qué ellos?
Sam me hace un gesto hacia el suelo.
-Mi padre y su gente.
-En todo caso también está Eric y su grupo de vampiros o lo que sea, ¿él no podrá ayudarnos?
La risa de Sam parece ir en contra de mí.
-¿Eric ayudar a Luke Hamilton? Por Dios no me hagas reír. Además, él está solo, no como sus hermanos que poseen una franquicia tan gigantesca que se saben qué es cada uno.
Entorno los ojos recordando que Eric y sus hermanos no se llevan muy bien por algún tema familiar que tuvieron hace tiempo…
-En todo caso deberías insistirles. A ambos.
Sam se encoge de hombros.
-Sé que mi padre hará todo lo posible por ayudarnos pero ¿están tus amigos de acuerdo con aceptarnos? No parecían muy contentos cuando les fui a avisar de que mi padre no se anda con rodeos.
-Esperemos que sí.-tengo que mentir, si no, no nos ayudarán-.Solamente nos quedan siete días escasos y los tenemos que aprovechar al máximo.
Sam me hace un gesto con la mano y me pongo en pie junto a ella. Bajamos las escaleras y después, el sótano. Esperaba que estuviese oscuro, como el agujero negro que tenía yo en casa, pero me sorprende ver que está iluminando por la ventana que hay arriba y la luz que está situada encima de la mesa en donde mucha gente rodea para mirar un mapa (creo) sin ni siquiera darse cuenta de nuestra presencia.
-Papá, te presento a mi amiga Cali; Cali, te presento a mi padre, Seamus Smith.
El hombre más alto de todos se da la vuelta y sus ojos castaños me miran de arriba abajo. Menos mal que ya estaba en el suelo, que si no me caigo redonda por las escaleras. Es un hombre mayor y con millones de canas sobre la cabeza, va vestido con una cazadora verde y unos pantalones vaqueros. Alrededor de su boca se forman miles de arrugas cuando me sonríe y me tiende la mano.
-Encantado de conocerte.
Le voy a estrechar la mano cuando Sam se interpone entre nosotros dos y mira con severidad a su padre.
-Papá, ella es amiga y punto.
Su padre exclama aburrido.
-¿Es que no te basta con tener un novio vampiro que además traes a casa a una bruja que casi nos mata a nosotros?
-Oiga, fueron ustedes los que nos lanzaron balas-aclaro con una nota de voz muy elevada y crispada. Odio que la gente hable de mí como si no estuviese presente.
El padre de Sam me mira sonriendo.
-Además con carácter. Dime Sammy, ¿qué se te ofrece por nuestra reunión? Sabes que estamos ocupados.
-Pues venía a pediros un favor…-Sam le cuenta todo a su padre y a sus compañeros que parecen ser todos hombres que pueden superar casi los cuarenta años. El más joven puede llegar a tener veinte y es castaño con el pelo liso sobre los ojos marrones café. Sus ojos de vez en cuando se encuentran con los mío y los aparta como si le diera vergüenza-.Y eso es todo, ahora podéis hacer preguntas.
Muchas voces se levantan cuando Sam deja de hablar y yo, que hasta esos momentos había estado sentada en las escaleras, me pongo en pie.
-¿Por qué queréis nuestros servicios si os creéis muy poderosos para eso?-pregunta una voz desde atrás.
-Porque el poder al que nos enfrentamos no entiende de límites, necesitamos toda la ayuda posible, sea sobrenatural o no.
Las voces siguen sin cesar.
-¿Y por qué no se lo pedís a los vuestros?
-Pues que os zurzan a todos.
-Yo cuando empecé no eran así: los teníamos controlados como hormigas.
Me doy un golpe en la cabeza como si eso fuese lo único que me despertara en este entorno de caos y de voces. Subo un escalón más y pongo las manos a ambos lados de mí con los puños apretados.
-Escuchad: vuestro trabajo es ayudar a la gente que no sabe de estos temas y están desprotegidos ¿verdad?-no espero a que nadie me conteste; sigo-, bien, pues este es uno de esos momentos, salvo que no os enfrentáis a uno; sino a cuatro diferentes y unidos causando uno de los caos que podrán destruir a las personas que más queréis. ¿De verdad pensáis que eso solamente nos afecta a nosotros? Os afecta a todos y cada uno de vosotros
>>He visto morir a mi familia por manos de esas brujas, sombras, espíritus o lo que sea. No lo recomiendo, y espero que vosotros lo entendáis.
No esperaba un aplauso ni nada por el estilo, pero el silencio que se forma no era el esperado, por lo menos no para mí. Empiezo a pensar que no quieren ayudarme y me canteo para subir las escaleras con el ánimo por los pies.
-¿Cómo quieres que ayudemos pequeña bruja?-me pregunta el padre de Sam con los brazos cruzados sobre el pecho.
Casi salto de alegría.
-Primero y más importante: llamadme Cali.-levanto dos dedos-.Segundo: ninguno de mis amigos puede enterarse de esto, ninguno ¿está claro? Para eso deberéis ser cuidadosos y no llamar la atención en cualquiera de los casos.
-¿Y cuál es ese caso?-me pregunta ahora Sam
-Tenemos que encontrar una bruja.

Salgo de casa de Sam con el ánimo a flor de piel y casi saltando de farola en farola cantando alguna de esas absurdas canciones que ponen en la radio por las mañanas temprano y que no escuchan ni sus familias.
Alguien me llama por detrás.
-¡Cali!-me grita el muchacho de ojos castaños de la reunión. Él ha sido el primero que no ha hablado en toda esa hora que hemos estado dentro, quedando en que toda la información pasará de Sam a mí por medio de mensajes de teléfonos móviles y así sucesivamente.
-Ey.-digo, porque no me sé su nombre.
-Stuart.-me responde sonriendo-.Me ha parecido muy valiente lo que has hecho ahí dentro.
Me encojo de hombros.
-¿El qué, poner a punto a unos cazadores que piensan que el mundo se va a acabar sin ellos? Ups, lo siento.
Stuart se encoge de hombros también y me suelta una sonrisa. Cuando lo hace me doy cuenta de que lleva aparato.
-La verdad es que llevo aquí dos años y no me había emocionado tanto. Siempre de aquí para allá persiguiendo a vampiros que se han pasado de su límite de sangre, hombres lobos descontrolados… al fin nos encontramos con un enemigo.
Mientras le observo no puedo parar de pensar en que quizás se le esté subiendo todo esto a la cabeza. No espero que se integren mucho en la pelea (si es que la hay) porque sé que muchos de ellos acabarán heridos, solamente espero que si esto funciona, se acaben las disputas entre todas las especies.
-¿Es que no te gusta ser cazador?
-Mi padre me metió dentro, pero yo quería ser dibujante de cómics. Si al algún día te interesa, puedo darte muchos de los que he hecho.
Suelto una carcajada.
-Me parece bien Stuart. Ahora tengo que irme, no sé si me están esperando y rezo porque no.
-¿Quieres que te lleve? Tengo el coche justo aparcado aquí.
Me señala una camioneta a la que no se le podría llamar “coche” ya que tiene la tapicería tan dañada que parece haber sido puesta de cualquier manera. La parte delantera se está cayendo y la parte trasera está pegada con cinta aislante.
-Sí, ¿por qué no? Pero es mejor que aparques a dos calles de distancia porque te aseguro que podrán oírte llegar.

jueves, 22 de mayo de 2014

Premios Dardos.

Este es un reconocimiento a la dedicación, creatividad y esfuerzo de los blogueros que a través de sus entradas trasmiten valores personales, culturales y étnicos.
Normas del premio:

1. Incluir la imagen del premio.

2-Mencionar y enlazar el blog que te ha recomendado. Novelas Humphrey (http://remembermeamyf.blogspot.com.es/). "The Wrach" (http://thewrach.blogspot.com.es/)

3-Nombrar y enlazar a 15 blogs que creas que merecen ser nominados también este premio..   Blogs nominados:

1. PREDESTINADA: http://praedestinatus.blogspot.com.es/
2. Laberintos de Tinta.: http://laberintosdetinta.blogspot.com.es/
3. Frente al Espejo: http://confesiones--frente-al-espejo.blogspot.com.es/
4. El Club de los Lectores Olvidados: http://lectoresolvidados.blogspot.com.es/
5. Cimmeria Is My Home: http://cimmeriaismyhome.blogspot.com.es/
6. Besada por los libros: http://besadaporloslibros.blogspot.com.es/
7. The Mortal Instruments News En Español: http://www.themortalinstrumentsnews.com/
8. Puertas de papel: http://puertasdepapell.blogspot.com.es/
9. Sin Fronteras: http://chicassinfronteras.blogspot.com.es/
10. En un Mar de Libros: http://enunmardelibros.blogspot.com.es/
11. Historias Oscuras: http://lecturasparadolescentes.blogspot.com.es/
12. Destinity: http://novela-destiny.blogspot.com.es/
13. Pequeño Sinsajo: http://sinsajop.blogspot.com.es/
14. Que la suerte esté siempre, siempre de vuestra parte: http://lasuertesiempredevuestraparte.blogspot.com.es/
15. Light in my Darkness: http://novela-light-in-my-darkness.blogspot.com.es/

viernes, 16 de mayo de 2014

Capítulo 27

Me despierto con un dolor de cabeza tremendamente doloroso y con ganas de arrancarme los ojos por culpa de la luz que se filtra por la ventana. Todo me da vueltas y no soy capaz de enfocar ningún objetivo sin tenerlo borroso. El pitido de mi oído sigue siendo constante por no hablar del dolor que siento en todo el cuerpo. En fin, estoy hecha una vejestorio de pies a cabezas; aunque los vejestorios no serían capaz de soportar lo que yo estoy soportando ahora mismo.
Me pongo de pie, o eso intento al menos. Tengo la misma ropa que antes y la tengo hecha un desastre gracias a los cristalitos que se me clavaron en la piel y que les han hecho agujeros a la tela. Mi piel ha pasado de ser blanca a tener unos matices en gris por todo el polvo que se produjo en la explosión: la explosión que provoqué yo. ¿Conclusión? Soy altamente peligrosa.
Empiezo a andar agarrándome a lo primero que pillo para no caerme redonda al suelo y salgo de mi cuarto con cuidado de no tirar la puerta abajo (todo gracias a Luke) Luke. Me entra un nudo en la garganta cuando vuelvo a pensar en él y ayer en la azotea. Cuando llego al salón están todos ahí sentados en los sofás de espaldas a mí. El primero en darse cuenta de que he llegado es Connor, que se pone en pie para ayudarme.
-¿Estás bien? No tienes buen aspecto.-Aubery me pone la mano en la mejilla y no la retira sabiendo que está ardiendo. Empiezo a notar cosquillas y la sensación de dolor me abandona en seguida antes de que mi amiga retire la mano.
Cierro los ojos agradecida de que el dolor ya no esté.
-Se me pasará.-abro los ojos-.Bueno, ¿algo interesante que haya pasado mientras yo estaba dormida?
-Está nevando-me dice Nate-, y se ha cuajado todo el suelo.
Suelto una exclamación.
-Vaya, ¿en tan solo un día? Eso sí que es ser rápido.
Luke carraspea incómodo y cuando me habla, no es capaz de mirarme a los ojos;
-Cali, llevas dormida dos días.
Me quedo sin aliento mientras todo el mundo evita mi mirada. Mi cara seguramente sea  la de una tonta. 
Llevo dos días dormida, eso quiere decir…
-¿Hoy es treinta y uno de diciembre?
Caden asiente.
-Sí, así es.

Vale, hoy es el último día del año y eso quiere decir que tenemos más  o menos ocho días para poder terminar con este problema o hacerlo más grande, depende de la decisión que tome yo o si al final encontramos a Elena. Si no lo hacemos la única solución que nos queda es que yo muera y visto que soy tan incapaz de controlarme, no veo otra solución.
Me he duchado, peinado y vestido para la comida que vamos a celebrar hoy. Sí, es un poco extraño estar de brazos cruzados pero si no sabemos por dónde buscar, ¿vamos a estar sin celebrar el día de hoy? Me duele admitir que esto me sube un poco más a moral, pero odio no celebrarlo con Chris porque él es el único que queda vivo de mi familia (espero que así sea mucho años más). Me hace gracia que hace no mucho estuviese deseando irme de su casa y ahora esté rezando por volver a tener una casa y vivir con él.
Salgo de mi cuarto por segunda vez en el día de hoy, pero esta vez me encuentro con un obstáculo en el camino: Luke Hamilton. Me echo hacia atrás del susto y él sonríe.
-No pretendía asustarte.
Se acerca más a mí y cierra la puerta de mi cuarto con delicadeza, no vaya a ser que se le caiga encima. Me echo tanto hacia atrás que me doy con la esquina de la mesa en la parte baja de la espalda causándome dolor, pero se me olvida cuando miro a Luke a esos ojos azules que él tiene.
Quiero mantener distancias, no quiero hacer nada malo y luego arrepentirme como el otro día (no por el beso, sino por el descontrol tan grande que tuve) pero soy incapaz.
-Bonito día.-comento señalando a la ventana-. ¿No crees que después podemos ir a entrenar? Me encanta ir por la nieve.
Luke me ignora y se apoya en la pared a pocos centímetros de mí. Tengo que levantar la cabeza para poder mirarlo a los ojos.
-He visto cosas más bonitas.-me toca la mejilla y me aparta el pelo de la cara. Vale, me estoy poniendo colorada-. ¿Estás bien?
-Sí ¿por qué no iba a estar bien? Llevo dos días dormida y resulta que ahora es fin de año. ¡Estoy híper bien!
Lo que estoy es subnormal.
Luke me pone las dos manos en las mejillas.
-Bien.-susurra y aparta todas las distancias que quedan entro nosotros.
Vuelve a besarme como hace dos días, dos escasos días. Antes estaría ilusionada de que no pasase de mí pero ahora no estoy tan segura de ello. No quiero hacerle daño, eso es todo.
Me pone las manos en la cintura y me sube encima de la mesa. Vale, ¿en qué estaba pensado yo? no me acuerdo, sería algo relacionado con que no quiero hacerle daño… Sus manos se sitúan en mi espalda, sus labios rozan los míos. No puedo evitarlo, me pongo muy tensa.
Se separa de mí y me mira a los ojos.
-¿Estás segura de que estás bien?
-Sí.-jadeo con la poca voz que me queda-. ¿Y tú?
Los ojos de Luke se vuelven más oscuros cuando me responde:
-Sí.
Esas son las palabras que me hacían falta oír para agarrarlo por los hombros y empujarlo contra mí para juntar de nuevo nuestros labios. No me importa nada de antes salvo el momento, se puede decir que soy adicta a Luke Hamilton porque hace que todos mis miedos se olviden al momento. Sus labios dejan de besarme y pasan a mi mejilla, a mi mandíbula y por último a mi cuello.
Llaman a la puerta y tal como empezó este beso, se terminó. Empujo a Luke lejos de mí y me bajo de la mesa para bajarme la camisa que estaba un poco levantada. Connor aparece detrás de la puerta con una cuchara y una sonrisa dibujada en el rostro.
-¿A alguien le gusta el estofado?
-No, la verdad es que no mucho.-contesto arrugando la frente. A mi lado, Luke suelta un risotada.
Connor pasa del todo dentro y en la otra mano lleva un bol gigante con lo que creo que es comida, no sé si lo es porque está más que carbonizado.
-Bien, porque se nos ha quemado.
Ahí ya empezamos a reírnos todos.

Nos sentamos en la barra de la cocina, unos enfrente del otro. Aubery y Nate son los únicos que no están aquí porque ellos parecen ser los que tienen la familia completa, cosa que me parece bien por ellos. Connor, por otro lado tiene que esperar hasta la noche porque su padre trabaja todo el día y toda la tarde.
Así que solamente quedamos cuatro comiendo comida china de la tienda de abajo que parece ser una de las mejores de esta ciudad.
-¿Habéis estado buscando a Elena durante todos estos días?-pregunto poniendo los palillos chinos a un lado. Después de dos días sin comer estaba que me moría.
-Si pero como si no.-me contesta Luke mirándome de reojo. Intento no ponerme nerviosa y miro por la ventana donde el paisaje blanco me da la bienvenida.
-¿Las brujas simplemente se mueren o pueden vivir años?-pregunta Connor.
Caden se encoge de hombros
-Al igual que los hombres lobo, envejeces más despacio, pero si mueres, lo haces para siempre.
-¿Entonces yo podría llegar a tener ciento sesenta años?-inquiero asombrada.
-Incluso más si la magia no acaba por deteriorarte.
Ah, pienso, entonces no pasaré de los veinte.
-¿Y los cazadores tienen algo de especial?
-Que son idiotas.-me responde Luke.
Pongo los ojos en blanco y dejo de mirar por la ventana para lanzarle a él otra de reproche; termino mi plato de comida en silencio.
Después de la comida Connor se marcha a casa y nos quedamos Caden, Luke y yo.
-¿Hoy no tengo que practicar?-pregunto mientras vemos la televisión. La verdad es que pensar que echaremos todo este día a perder me pone los nervios de punta y no quiero comerme la cabeza con lo que está pasando con Luke porque en realidad ¿qué está pasando? Solo han sido dos besos de nada y ahora actúa como si no hubiese pasado nada.
-No sé, ¿quieres?-me pregunta Caden.
Me pongo de pie y hago una de esas poses de militar con el saludo de la mano en la frente y todo exclamando:
-¡A sus órdenes mi capitán!
Luke me mira riéndose y me pongo roja como un tomate. ¿En serio acabo de decir y hacer yo eso?
Caden se pone en pie y se quita la chaqueta para quedarse en camisa blanca y pantalones vaqueros, echa los sillones más hacia la pared  y se pone en posición en el medio de la sala conmigo delante. Yo lo imito poniéndome también con las rodillas flexionadas y las manos en forma de puños y cuando Caden me hace un gesto para que le dé, lo hago con todas mis fuerzas pero su mano se pone de por medio y oigo como se me quebrantan los huesos.
-No das fuerte Cali.-me reprocha mi “entrenador”-.Tienes que poner el pulgar dentro de la mano y dar con estos dos nudillos, ¿ves?
Me enseña cómo se hace y después me da una palmadita en la espalda. La presencia de Luke hace que sea más patosa que de costumbre. Me meto en la cabeza eso de los nudillos y cuando es Caden el que viene a por mí, le doy un rodillazo en las costillas y él cae al suelo.
-¡O Dios mío! ¿Estás bien?-me agacho a ayudarle. Tiene los ojos cerrados con expresión de dolor y cuando lo agarro por los brazos los abre y es como si se hubiese quitado la máscara. Me coge de las muñecas y hace que caiga al suelo dando una voltereta por los aires. Si antes me dolían los huesos de las manos, ahora son los de toda la espalda.
-Regla número uno: no confíes nunca en tus enemigos.
-¿Eres idiota?-Luke se pone en pie y me ayuda a levantarme. Cuando estoy en pie me toca la mejilla levemente con el pulgar y yo me aparto, odio mostrar afecto en público y que su hermano esté delante no ayuda mucho.
-No, no… él tiene razón, así es como mejor aprendo.-dudo un momento-. ¿Sabéis que os vendría bien? ¡Una puñetera colchoneta!
Me vuelvo a poner en posición y Caden se pone delante de mí. Esta vez vuelvo a esperar a que ataque él y no tendré piedad cuando lo coja. Empieza a dar vueltas a mi alrededor despacio y sin apartarme los ojos de encima. Me está poniendo nerviosa, lo cual no es bueno que haga si no quiere que su casa salga en llamas. Luke tiene la vista sobre nosotros dos con una expresión de que no va a salir nada bueno de esto y un segundo después Caden se abalanza sobre mí.
No sé cómo lo hago pero cuando él extiendo su brazo lo agarro por la muñeca y se lo retuerzo haciéndole perder un poco el equilibrio. Es mi oportunidad. Le doy una patada en la parte baja de la espalda y él se cae de rodillas en donde le pongo el brazo detrás de la espalda y me subo encima de él a horcadas para retenerlo más.
-¿Así de fuerte?
Le suelto y me pongo de pie deprisa por si le da por agarrarme por el tobillo. Se pone en pie con expresión de cabreo.
-Ahora que digo fuerte, ¿de verdad no habéis pensado en pedir ayuda a alguien para el asunto de los espíritus?
Caden me ignora y me lanza una patada. Es Luke desde el sofá el que me grita por encima de los bufidos de su hermano:
-¿Qué clase de ayuda?
Esquivo la patada agachándome pero pierdo el equilibrio (como no) y caigo de culo al suelo. Caden lo toma como ventaja y se acerca corriendo. Prácticamente salgo a cuatro patas de ese embrollo.
-Pues hay otros brujos en la ciudad, y vampiros y cazadores…
Caden deja su pie a medio camino de mi cara.
-¿Estás diciendo que nos aliemos con ellos?
Me pongo en pie y le piso el pie lo fuerte que puedo y él hace una mueca de dolor. Se sienta en el sofá y suelto un suspiro de derrota. Con lo bien que se me estaba dando hoy las prácticas…
-No es mala idea.-dice.
-¿Qué? No. ¿Qué? No.-Luke niega y se pone en pie-.Para ahí, stop. Ni siquiera lo pienses Caden o me divorciaré de ti como hermano.
Caden arquea una ceja.
-No me des ideas.
Me trago las risas pero algo aflora de mi garganta llamando la atención de Luke.
-¿Es que no piensas que podamos enfrentarnos a ese asunto nosotros mismos?
-No es que piense eso (en parte) pero es que ellas son tres grandes brujas y una que no sabemos lo poderosa que puede ser contra tres hombres lobo y dos brujas que casi no tienen experiencia. No sé si se te da bien cálculo, pero vamos con las de perder.
Luke suelta un bufido.
-Caden dile ahora mismo que se equivoca. Cali, ¿de verdad estás bien? Porque creo que la explosión te ha afectado al coco.
Me cruzo de brazos ignorando sus comentarios ofensivos. Me da una punzada de dolor que hace menos de dos horas me hubiese venido a buscar para besarme y ahora esté así conmigo.
-Ellos no son nuestros enemigos, ni siquiera sé por qué te pones así con ellos. No son malos.
Luke vuelve a soltar un bufido.
-Pero son idiotas, arrogantes, egocéntricos y descarados.
-¿A quién me sonará eso?-dice Caden en bajo, pero hasta yo puedo oírlo y eso que no tengo súper poderes de hombre lobo.
Luke le ignora. Sus ojos se clavan en los míos, por un segundo me olvido de todo, hasta que dice:
-No ¿vale? Hagamos con que esto no ha pasado y veamos la tele o daros de leches si queréis.
Niego.
-Esto no se puede olvidar, los  necesitamos.
-No, tú crees que los necesitas pero no es así. Tenemos suficiente con nosotros mismo, no tenemos por qué depender de ellos ahora.
-¿Y después? Ya me lo dirás cuando veas los cadáveres de nuestro amigos muertos.-eso ha sido cruel por mi parte, eso lo sé hasta yo. La cara de Luke se vuelve pálida como el papel y me señala con el dedo.
-Será mejor que no vuelvas a decir el tema Cali, porque esto me cabrea y no querrás verlo.-cuando dice eso no puedo evitar pensar en la vez que Caden se transformó, su hermano es así y la verdad es que no quiero verlo-.No pongas esa cara. Júramelo.
Suelto un suspiro de derrota.
-Bien.
-¡Dilo!
-¡Lo juro! Ya está ¿vale? Ahora me voy.-miro detrás de Luke; a Caden-.Y tú podrías hacer tu trabajo de alfa más enserio, no que pareces un caniche.
Cuando cierro la puerta de mi cuarto detrás, miro mis dedos cruzados en señal de que no pienso hacer lo que Luke me ha dicho. Me acerco a la ventana y miro por ella, ya es casi de noche. Me llama algo la atención, algo que parece ser una nota colgada fuera, debajo de una piedrecilla.
Abro la ventana y la cojo para cerrarla de nuevo por el frío que hace.
¿De verdad Cali? Yo pensé que eras más lista para todo esto.
No sé por qué esa última frase me desconcentra un poco.