miércoles, 15 de octubre de 2014

Capítulo 35

Aunque intente quitarme la sonrisa de la cara… vamos, no podría ni queriendo. Cuando cierro los ojos me acuerdo de Luke besándome y me entran ganas de pegar saltos de alegría y gritar por la emoción que tengo dentro. Pero eso ya se ha acabado, supongo. Ahora tengo que centrarme de que dentro de unas nueve horas aparecerá la luna llena y
mis temores, pesadillas y demás se harán realidad. Ni siquiera el recuerdo de ayer podrá hacerme sentir bien ante la revoltura de estómago que tengo ahora mismo.
Termino de mirarme en el espejo. Mis mejillas están encendidas, desde ayer parezco ser otra, más madura y mayor. Me hago una coleta en lo alto de la cabeza y dejo que el pelo todavía un poco húmedo me caiga en la cola de caballo que me he hecho. Mis ojos parecen más oscuros que de costumbre. Mis manos están heladas y ni siquiera el calor del agua puede hacerlas cambiar de estado. Me enfundo unas botas y el abrigo y salgo al salón en donde no hay nadie, ni siquiera Luke, que salió muy temprano esta mañana para ir a buscar a Elena, son las únicas horas que nos quedan y tenemos que aprovecharlas bien. Yo, por otro lado no tengo nada que hacer y salir a comprar comida es lo mejor que puedo hacer en estos momentos para ayudar un poco. Tengo la sensación de que hoy será el último día que vea amanecer y creo que es por eso por lo que todo me parece mucho más bonito que antes.
Cojo las llaves del coche y un poco de dinero y salgo medio brincando a la calle. El coche de Luke está aparcado justo enfrente y me subo a él sin problemas. El único inconveniente es el sillón, que está mucho más atrás de lo que yo lo tengo en mi coche que ya no existe porque ahora es un cubito, ya que se destrozó en la explosión que yo generé.
Giro a la derecha en el cruce y después voy todo recto, al menos esa son las explicaciones que me ha dado Aubery esta mañana. Ella descubrió ayer una hoja con el hechizo, pero no lo entiende del todo, por lo que cree que solo es un fragmento de lo que verdaderamente es, y eso me da mucho miedo.
El aparcamiento está desierto, salvo por cuatro o cinco coches que están cada uno en una esquina. Esto es antinatural, debería estar en casa preparándome por si unas estúpidas sombras me secuestran y así las revivo, pero me veo incapaz de quedarme quieta. Por lo menos aquí hay gente y pueden ver lo que sucede ¿verdad? Eso espero, al menos.
Cuando entro todo está más que vacío, casi no hay ni cajeras. Tenía planeado comprar leche, que es lo que menos nos queda, cereales… así cosas también para comer, porque estoy harta de que siempre estemos pidiendo comida para traer.
Entro en el segundo pasillo a la derecha, es el de productos vegetales. Una vez allí empiezo a coger todo lo que tenga buena pinta: una lechuga, espárragos… nunca había venido a hacer la compra, siempre era Elena la que se encargaba de ello, aunque eso es lo que espero ya que sus supuestas salidas serían para hacerle unas visitas a los espíritus.
-Cuanto tiempo sin verte-una voz me hace de despertador y me pongo alerta. Me canteo para ver que delante de mí tengo a David, mi amigo de instituto y compañero en el periódico. La última vez que lo vi fue en la fiesta en honor a su amiga Alisson, cuando salió corriendo después de hacer un discurso de la leche.
-Ey, ¿qué tal?
-Bien, tenía pensado ir a tu casa más tarde-me informa-. ¿Sabes cuándo va a hacer Elena las recuperaciones de lengua? Es para ir preparándolo todo.
Me quedo pillada un momento y me apoyo en la balda que tengo a mi izquierda. Está fría, ya que estamos al lado de los frigoríficos que mantienen la comida fresca.
-Verás, Elena ya no está en la ciudad, se marchó ya que mi tío y ella cortaron así que ella dimitió, no sé si el instituto lo sabe-me quedo callada un momento, no sé si esto es un  mentira creíble o no-. ¿Estás bien? Pareces más que cansado, estás pálido.
-¿Yo?-inquiere David-. Estoy bien, pero me ha resultado raro lo que me has dicho ¿sabes?
-¿Por qué?
-Porque he visto a Elena hace media hora entrando en tu casa, tenía la pinta de estar muy mal. La he saludado, pero no me daba tiempo de preguntárselo a ella ya que mi madre me ha mandado a comprar comida y el establecimiento cierra dentro de media hora.
Si no hubiese sido por la balda que tengo a mi izquierda, me habría caído redonda al suelo.
-¿Estás seguro de que era Elena?
-Claro, seré un poco cortito, pero de vista estoy perfectamente.
Empiezo a andar hacia delante, seguida de David que me mira como si estuviese loca. Dejo la cesta con los productos que iba a comprar en el suelo. Me canteo para mirar a David.
-¿Puedes disculparme? Tengo que marcharme.-me despido de David con un gesto de cabeza y cuando salgo a la calle marco el número de Luke casi de memoria. Mientras espero a que me coja el teléfono miro el cartel del centro y descubro que no cierra dentro de media hora, sino está abierto las veinticuatro horas.

-¿Estás segura de eso?-Luke y Connor están sentados en el sofá mientras yo camino haciendo círculos delante de ellos, olvidando que tengo una mesita a mi lado. Tengo las uñas tan cortas que me es imposible mordérmelas más. Estoy muy nerviosa.
-Me lo ha dicho-vuelvo a repetir cansada. Me dejo caer en el sillón con las manos en mi regazo y las uñas sangrando.
-Yo no me fiaría mucho de David Waters, todo el mundo dice que está majara.-Connor hace un gesto con el dedo para indicar que David está loco y después añade-: Pero no sería mala idea ir a investigar ¿verdad?
Me pongo en pie.
-Bien, pues vamos.
Luke se pone también en pie y extiende sus manos hacia mis hombros. Cuando me toca, siento que ya no estoy tan tensa y dejo escapar un suspiro.
-Alto, alto, alto… ¿A dónde tienes pensado ir tú? Te quedas en casa, que es donde más segura estás.-mi suspiro se transforma en una negativa y Luke casi sonríe-.Tienes que quedarte aquí, nosotros volveremos antes de que anochezca ¿de acuerdo? Connor se quedará contigo mientras Caden, Nate, Aubery y yo investigamos.
Me cruzo de hombros pero él no aparta sus manos de mis hombros.
-Pues vaya ayuda.
Luke se acerca a mí y me besa suavemente la frente, haciendo que todo mi enfado se transforme de repente, en un sentimiento de mariposas en el estómago. Connor carraspea a nuestro lado y Luke no se aparta, pero le hace un gesto con la mano para que se marche de la sala y después de unos segundos, se va derecho al baño con expresión cansada.
-Tener amigos para esto…-va diciendo.
Casi me río, pero en el fondo Connor me da pena. Luke, por otro lado parece no fijarse en otra cosa salvo en mí, con una mirada que me pone la carne de gallina, este es uno de esos momentos en los que me arrepiento de la promesa que le hice jurar antes de ayer a Sam, promesa de la que solamente ella sabe. Y así será.
Suena su teléfono, y él lo coge con expresión casi a regañadientes.
-Es Caden, tengo que irme.-Luke me da un apretón de mano y se marcha corriendo de casa. Me quedo sola. Connor aparece con un rollo de papel higiénico en su mano.
-¿Es que no tenéis más papel que este?

El aire es frío fuera, pero no es nada que un hombre lobo no pueda soportar. Porque eso es lo que soy: un hombre lobo. Siempre lo he sabido, ya que mi madre era una mujer lobo convertida, esto no ha resultado ningún bache en mi vida, salvo la mala leche que me entra de vez en cuando. Parece ser que todo el mundo cree que es normal, salvo mi padre. Desde que pasó todo nunca lo he vuelto a llamar “mi padre” sino por su nombre de pila: Charles. Él se enfadó tanto cuando al final le conté que yo también era como mi madre, que casi me corta la cabeza a la hora de la cena, después de eso no fui capaz de mirarlo a la cara. Siempre ha sido Caden el que mostraba tener más temperamento en casa, y yo fuera, por eso me vi obligado a irme a vivir con él; Caden es el que siempre me da la razón.
Me meto por un callejón estrecho por el que tengo que ir de lado, mientras el viento sopla tan fuerte que se cuela entre los huecos del muro de ladrillos. Si fuera quisquilloso pensaría que el viento sopla mucho más fuerte que los demás días. Cuando salgo del callejón empieza a llover de tal manera que en menos de tres minutos quedo calado hasta los huesos. Vale, ahora ya sé que todo esto no es por el cambio climático… los espíritus se están alzando, ya pronto se hará de noche y están deseando volver a la vida.
Pienso en Cali, no puedo evitarlo. Ella es la que más asustada debería estar y, sin embargo quería salir de casa para venir a buscar a Elena que es la portadora de todos los problemas que nos están pasando. Yo no querría ir si estuviese en su lugar, no sería capaz de verla y no pensar que por su culpa mi mundo se está desmoronando. Un pensamiento egoísta se cruza por mi mente: si nada de esto hubiese pasado yo no habría conocido a Cali. Recuerdo lo de ayer y una sonrisa tonta me ilumina el rostro, a pesar de la lluvia empiezo a tener calor.
-¿Por qué sonríes tanto? La lluvia no es divertida.-me giro en redondo para ver que Eric Hood está detrás de mí igual de empapado que yo. Su pelo rubio se pega a su frente y de sus pestañas caen gotitas, haciendo parecer que está llorando. Pero no es eso, parece divertido.
-¿Y tú por qué estás tan divertido? Vamos a inspeccionar una casa medio destruida, no al parque de Disneyland.
-Cuando vives tanto como yo, al final acabas acostumbrándote a que todo te parezca muy divertido-me hace una señal con la cabeza-.Creo que deberíamos ponernos en marcha.
Eric pasa por mi lado y no puedo evitar darme cuenta de que no huele a nada.
-Es cierto.-le digo-. ¿Cuántos años tienes en realidad?
-Podría mentirte y decir que tengo ciento ochenta, pero en realidad tengo doscientos.-se encoge de hombros-.No me gusta presumir.
Se me hace un nudo en el estómago al pensar en eso, este muchacho en realidad debería tener un pie ya podrido en la tumba. No digo nada, sino que andamos todo el rato en silencio. Los vampiros me ponen la piel de gallina con su rapidez (que también tenemos los hombres lobo) y sus pasos sigilosos como los de un gato.
Llegamos a la casa de Cali, que sigue igual de destrozada que antes. La puerta salida de sus goznes y en el suelo, la hierba sin podar y marcas de neumáticos en el suelo… en fin, en estos momentos no me quejaría ni aunque viviese en una caja de cartón.
-¿Entramos o mejor esperamos?-pregunta Eric.
-Entramos.
Que me llamen imprudente, pero no quiero esperar a coger a una bruja por sorpresa cuando se me presenta la oportunidad. Cuando lleguen los otros podría ser ya demasiado tarde.
Todo el interior está destrozado y hecho polvo. El aire huele a viejo y a madera, pero no es eso lo que me llama la atención. De la puerta que da al sótano parece venir una pequeña luz azul, tan potente que se vería desde un kilómetro, casi hasta puedo escuchar cómo brilla. Miro a Eric, que también parece haberlo visto y me hace un gesto de asentimiento. Por primera vez desde hace una luna llena, me transformo en mitad lobo, con las garras fuera y mis ojos amarillos. Mis colmillos se salen de mi boca, haciendo que quedan a la vista aunque tenga los labios juntos.
-Caray, ahora eres más feo que antes.-dice Eric. Por su tono de voz creo que lo está diciendo en broma, pero viniendo de alguien como él, me espero cualquier cosa. En estos momentos me entran de nuevo ganas de levantarme y pegarle un puñetazo en su nariz, pero un ruido sordo hace que se me pase.
Bajamos las escaleras del sótano lentamente y cuando llegamos abajo, me doy cuenta de que solamente es una linterna que posee una bombilla más que potente. Me entran ganas de agarrarla, pero cuando una sombra danza a nuestro alrededor, me caigo de las escaleras hacia atrás. Alguien me agarra del pie y tira de mí hacia el suelo, Eric me sigue de igual manera.
Cuando mi cabeza toca el suelo con un ruido, la luz se apaga. Si no llega a ser por mi visión de hombre lobo, no llegaría a ver que delante de mí no tengo más que una sombra aún más oscura que la oscuridad, si puede ser. La puerta se cierra y escucho sus pasos. No estoy demasiado seguro, pero suena como un humano.


NOTA: Sé que esto está muy descuidado desde hace unos meses y pido mil disculpas. Espero que os esté gustando, porque pronto se acerca el final. Me gustaría agradecerle toda la ayuda a una amiga, ya que nunca se lo he dicho,  que me ha estado ayudando y apoyando tanto con esta historia como con otras que espero poder publicar muy pronto. Que por cierto, es la escritora de PREDESTINADA :)

1 comentario:

  1. AY AY AY AY AY (tú sabes lo que quiero decir xD)
    Lo primero; me encantan tus escritos, sinceramente, así que no hace falta que me lo agradezcas, que yo los leo encantada de la vie xD. Y lo mismo digo :3 .
    Después; ¡¿POR.QUÉ.ME.HACES.ESTO?! Que yo también tengo mi corasonsito y sufro, jo :c
    Me encanta el capítulo, de verdad, pero ahora no paro de darle vueltas a lo qué pasará. Quiero saberlo ya. Pero a la par no, por que acabará la historia. Y no quiero eso :c . Me tienes indecisa xD Leére tu siguiente capítulo encantada, y me cautivaras, y sufriré, que lo sé. Que me veo.
    Luke, Luke, Luke...
    Connor, Connor, Connor...
    Tengo una ligerísima obsesión, ¿se nota? xD
    Resumiendo; ME HA ENCANTADO, MUCHO. LUKE, LUKE, CAKE, CAKE SIEMPRE. Y CONNOR, ÉL TAMBIÉN.

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